Un 56,2% de empresas y un 65,8% de la sociedad valenciana afirman no haber oído hablar antes del concepto 'RSC' y, pese a no rechazarlo como tal, sí despierta en ellos "cierta cautela", ya que es difícil de definir y, además, plantea obligaciones a la empresa "más allá del beneficio económico". El 57,9% de los directivos encuestados para el 'Observatorio de Ética y Responsabilidad Social de la Empresa de la Comunitat Valenciana' reconoce que son "pocas o ninguna" las empresas preocupadas por la RSC.
En términos generales, según sus autores -la Fundación Étnor-, la responsabilidad social empresarial está "poco o nada" implantada en la Comunidad Valenciana "a causa del tamaño de las empresas, de la falta de herramientas para la gestión de la responsabilidad, de la dificultad para definir el concepto y del hecho de que se le considere como un pasivo".
El estudio -'Observatorio de Ética y Responsabilidad Social de la Empresa' (ERSE 06)-, fue presentado recientemente por el catedrático de Ética y Director del Observatorio, Domingo García-Marzá, en un acto al que también acudieron el secretario autonómico de Economía, José Manuel Vela, el presidente de la Fundación Étnor, Emilio Tortosa, el presidente de Bancaja, José Luis Olivas, el de la Confederación Empresarial Valenciana, Rafael Ferrando y el de la Confederación de Cooperativas de la Comunitat Valenciana, Luis Valero.
Para elaborar el estudio, -que pretende ser bianual-, se realizaron 31 entrevistas en profundidad con directivos y empresarios, organizaciones empresariales y medios de comunicación, además de 724 cuestionarios con un procedimiento de muestreo aleatorio.
Según los datos extraidos, el estudio refleja que el conocimiento y la información que los empresarios y la sociedad en general tienen sobre lo que es y lo que implica la responsabilidad social "son escasos y difusos", aunque la sociedad muestra "un grado más elevado" de desconocimiento.
Según García, las empresas y la sociedad "tienen una comprensión diferente de la responsabilidad social empresarial". De esta forma, mientras que la empresa relaciona este concepto con un compromiso con la sociedad, que va más allá de la legalidad, la sociedad sigue considerando que el cumplimiento de leyes es aún la cuestión prioritaria -para un 31,2% de los encuestados-.
Asimismo, no se percibe -con un 39,9 por ciento- que la exigencia de comunicación sea un "elemento decisivo" de la responsabilidad social, puesto que se tiene una visión instrumental de la comunicación, como un elemento que no se inscribe en el carácter mismo de la empresa, si no que es un medio para aumentar la reputación y la buena imagen.
"De ahí los recelos ante posibles registros de buenas prácticas o certificados de empresa socialmente responsable", señaló García. Otra conclusión es que la extensión de este concepto a la cadena de proveedores "sigue siendo la asignatura pendiente".
CONSEJOS DE LOS EXPERTOS
Ante esta situación, los autores del estudio aconsejaron a la Administración "favorecer la implantación de políticas de responsabilidad social en las empresas a través de facilidades de crédito, reducciones fiscales o bonificaciones a la Seguridad Social", desarrollar planes de formación dirigidos a directivos y trabajadores, potenciar la visibilidad de las buenas prácticas y fomentar medidas de transparencia regulando las condiciones para la elaboración de los Informes de Sostenibilidad.
Además, instaron a la sociedad civil a establecer alianzas entre empresas, asociaciones, sindicatos y diferentes organizaciones para crear espacios de responsabilidad en los que se debata este concepto Y las prácticas que incluye; desarrollar medidas de autorregulación, impulsadas por asociaciones empresariales; fomentar un consumo responsable a través de asociaciones de consumidores y de empresarios y directivos; elaborar y difundir informes sobre este concepto y potenciar la visibilidad y el intercambio de las buenas prácticas mediante premios y reconocimientos.
Ante estas sugerencias, el secretario autonómico de Economía, José Manuel Vela aseveró que 'tomaba nota' y que desde la Generalitat "se seguirán apoyando este tipo de iniciativas" con el objetivo de que el concepto de responsabilidad social "se extienda lo más rápidamente posible ante el escaso y difuso conocimiento del mismo".
Por su parte, Luis Valero, de la Confederación de Cooperativas, resaltó que el concepto de responsabilidad "era y es todavía una cuestión que interesa pero que se conoce muy poco", por lo que calificó de "necesario" concretar este concepto, "acotarlo y determinar la forma de medirlo".
Asimismo, aseguró que las cooperativas "tienen dos rasgos fundamentales, como el de transparencia y el de participación", algo que, en su opinión, "nos identifica con estos intentos de fomentar el diálogo social".
Por su parte, y desde la Confederación Empresarial valenciana, Rafael Ferrando explicó que la incorporación progresiva de valores de ética en empresas es una apuesta "importante que conduce a la mejora de la competitividad" y recordó que "el objetivo principal de las empresas es el crecimiento de riqueza y empleo en un entorno favorable a su actividad, con pleno respeto de los marcos legales existentes".
Sin embargo, a su juicio, el concepto de responsabilidad social "no puede servir para añadir más obligaciones a las empresas" si no que "tiene que ser algo voluntario y consciente determinado por las entidades". La responsabilidad social, a su entender, "debe ser vista como un valor añadido", dijo.
Finalmente, José Luis Olivas, de Bancaja, subrayó que la ética y la RSC "son aspectos fundamentales para garantizar el crecimiento económico y sostenido de cualquier organización empresarial", y que "no se puede hablar de obtención de beneficios a cualquier precio".
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