El Papa Benedicto XVI denunció ayer las "formas preocupantes" de "explotación" de los jóvenes en el mercado de trabajo, generándoles "un inquietante sentido de inseguridad, que repercute en la capacidad no sólo de proyectar el futuro, sino incluso de comprometerse concretamente en el matrimonio y en la formación de una familia".
El Papa insistió "con fuerza" en la necesidad de "valorizar la dimensión humana del trabajo", al tiempo que reconoció la espacial dificultad que atraviesan todos aquellos jóvenes que se ven obligados a "emigrar y vivir lejos del país de origen y de la propia familia".
El Romano Pontífice envió este mensaje a los más de 300 jóvenes que participan en la IX edición del Foro Internacional de los Jóvenes en Rocca di Papa -cerca de Roma– y que durará hasta el próximo domingo bajo el lema "Testimoniar a Cristo en el mundo del trabajo".
El foro reúne a jóvenes de hasta 100 países distintos, todos ellos, "comprometidos en la Iglesia y en el mundo del trabajo". A lo largo de estos días contarán con el apoyo y consejos de hasta 30 relatores también procedentes de todo el mundo.
Entre otros temas, debatirán sobre la movilidad, la precariedad laboral y el desempleo, la frustración y la ilusión profesional así como la reivindicación de un mundo más justo, en base a las experiencias de los jóvenes que viven en los barrios más pobres del planeta.
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