Las mujeres de la región Asia-Pacífico ven en muchos casos restringido el acceso a un puesto de trabajo y a la educación. Esta discriminación cuesta a los países de la zona 80.000 millones de dólares (64.949 millones de euros), según Naciones Unidas (ONU).
En concreto, las restricciones que imponen a la mujer para acceder al empleo cuestan anualmente a la región entre 42.000 y 47.000 millones de dólares, mientras que las pérdidas como consecuencia de la educación inferior se sitúan entre los 16.000 y 30.000 millones.
"Estos son sólo los costes económicos, hay que añadir los sociales y personales", indica el informe anual de la Comisión Económica y Social de Naciones Unidas (CESAP), organismo con sede en Bangkok (Tailandia).
En la India, por ejemplo, un aumento de la proporción de mujeres trabajadoras hasta un nivel similar al que se da en Estados Unidos supondría incrementar en al menos 19.000 millones de dólares el Producto Interior Bruto (PIB) del país.
La CESAP señala que buena parte de esa discriminación que sufre la mujer viene originada por su escasa representación en política. En este sentido, apunta que únicamente ocho parlamentos de países de la región cuentan con más del 20% de mujeres diputadas.
El estudio añade que el coste social de la desigualdad de la mujer con relación al hombre es además causa de la creciente violencia de genero en los países de Asia-Pacífico, y del incremento del tráfico de niñas destinadas a la industria sexual.
Se estima que cada año un millón de niños asiáticos, la mayoría niñas de entre cinco y 15 años, son engañados y obligados a prostituirse.
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