La situación de la responsabilidad social en España es similar a la que se vive en otros países de la Unión Europea aunque para las empresas líderes españolas se ha convertido en un tema estratégico, mientras que las restantes aún tienen 'un largo camino por recorrer', según se desprende del 'Estudio Multisectorial sobre el Estado de la Responsabilidad Corporativa de la Gran Empresa en España', elaborado por el Club de Excelencia en Sostenibilidad en colaboración con el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.
El estudio, presentado ayer en el Auditorio de la Real Casa de la Moneda de Madrid, también constata que el nivel de la RSC en nuestro país y su grado de implementación en las empresas alcanza el 'notable', ya que el conjunto de empresas que participó en el mismo obtuvo una puntuación media de 73 sobre 100.
El Club Excelencia en Sostenibilidad ha elaborado este documento con el objetivo de crer una herramienta que ayude a las empresas 'a conocer el estado actual de la implantación de estas prácticas' y, en función de los datos obtenidos, 'evolucionar de un modo adecuado en las estrategias responsables'.
Con el propósito de evaluar el nivel de desarrollo de la RSC entre las grandes empresas españolas, se envió un cuestionario a las 300 empresas españolas más importantes por volumen de facturación -el 'tope' fueron los 300 millones de euros-, que fue cumplimentado por un centenar de ellas.
El cuestionario se divide en varias secciones: 'Responsabilidad corporativa y Estrategia', 'Gestión de grupos de interés', 'Gestión técnico económica', 'Gestión de gobierno corporativo', 'Gestión social externa', 'Gestión social interna' y 'Gestión ambiental'.
En el primer punto, el 94% de las empresas líderes manifestó que contaba con una política sobre RSC, cifra que alcanza el 69% en las restantes empresas. El documento también destaca la importancia que conceden las compañías a los códigos éticos, que poseen un 89% de las empresas líderes y un 80% de las restantes.
Respecto a la gestión de los grupos de interés, las empresas líderes tienen en cuenta a sus empleados, clientes, accionistas y proveedores, principalmente, con los que se establece un diálogo 'abierto, honesto y fluido'. Sin embargo, las restantes no suelen verificar la información que incluye en sus informes sobre estos grupos.
En cuanto a la gestión técnico económica, las empresas en general no han empezado a elaborar la triple cuenta de resultados (económico, medioambiental y social) a pesar de que las líderes lo han convertido en una práctica 'habitual'. En el capítulo de gobierno corporativo, el documento detecta que el tamaño de los consejos de administración de las empresas evaluadas se acerca al propuesto por las recomendaciones de Buen Gobierno, aunque propone que se incorporen más consejeros independientes.
AVANCES EN GESTIÓN AMBIENTAL
La acción social es una práctica habitual entre las empresas líderes, según se explica en la 'Gestión social externa' que especifica que tales acciones están gestionadas por una unidad organizativa responsable de su coordinación y desarrollo, así como una política que recoge estos principios y directrices, en la mayoría de los casos. Asimismo, la forma de colaboración más común en acción social es la cofinanciación de proyectos y el desarrollo de acciones de sensibilización.
En cuanto a la 'Gestión interna' se destaca que la gran mayoría de empresas cuenta con políticas 'responsables' de recursos humanos y sistemas de gestión de la seguridad y salud laboral. Se detectaron mejoras en el tema de igualdad entre hombres y mujeres –con importantes iniciativas en materia de conciliación de la vida personal y laboral como la flexibilidad, los préstamos especiales o el apoyo profesional–, a pesar de que no se ha solucionado 'la brecha salarial' entre ambos géneros.
Pero sin lugar a dudas, los mayores progresos se han producido en 'Gestión medioambiental', donde son habituales los planes de reducción de consumo de materiales básicos y de minimización de residuos, entre otros. Además, la mayor parte de las empresas cuenta con sistemas certificados mediante los cuales mejoran su ecoeficiencia.
A modo de conclusión, y a pesar de que la mayoría de las empresas participantes en el estudio comprende la importancia de la RSC, no todas han incorporado a su estrategia y a sus decisiones los principios de RSC. Los sectores que presentan un mayor compromiso son los de telecomunicaciones, informática y entidades de financiación mientras que la hostelería, la metalurgia y los servicios a empresas registraron un menor avance.
Las empresas encuestadas también explicaron en el estudio cuáles son las principales dificultades que deben sortear para integrar la RSC en su estrategia entre las que destacaron la falta de recursos humanos y económicos, la dificultad de la coordinación de las diferentes unidades organiativas, la ausencia de cultura y formación en torno a la RSC y la poca implicación de la alta dirección en estas políticas.
Respecto a los retos, las compañías apostaron por identificar sistemas y herramientas que favorezcan la participación e implicación de la plantilla en la RSC o el estableciemiento de cuadros de mando específicos de RSC.
VOLUNTARIEDAD DE LA RSC
Por su parte, el director general de Economía Social del Ministerio de Trabajo, Juan José Barrera, también presente en el acto, quiso destacar que el estudio 'recoge elementos muy importantes sobre la RSC'. 'Cuando hablamos de RSC, nos referimos a acciones que lleva a cabo la empresa por encima de las normas legales', indicó.
'En la estrategia europea se plantean acciones que el Gobierno debe hacer pero también se habla de las acciones voluntarias de la sociedad, donde se encuentran las empresas', explicó. De todos modos, insistió en la importancia de las Administraciones Públicas 'para que estimulen a las empresas a que hagan más de lo que piden las normas'.
Barrera también mostró su satifacción por no estar lejos de las empresas europeas aunque reconoció que 'aún queda un largo camino por recorrer'.
Por último, el presidente del Club de Excelencia en Sostenibilidad, Eduardo Montes, calificó el estudio de 'breve, sintético e interesante'. 'La RSC va a cambiar la forma de hacer negocios', aventuró.
Montes, que se mostró partidario de que la RSC sea una práctica voluntaria, indició que 'no es algo que haya que hacer 'además', sino que hay que hacerlo 'en vez de''. De todos modos, calificó este movimiento de 'imparable'. 'Hay que estar en él', sentenció.
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