El ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera, reconoció ayer que las cifras de siniestralidad laboral siguen siendo "una sangría radicalmente inaceptable", si bien, aseguró que se están reduciendo "de forma sostenida", especialmente en el caso de los accidentes mortales, pese al progresivo incremento de los ocupados.
En respuesta a una interpelación de IU-ICV en la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados, Caldera pidió a los grupos "huir de los alarmismos", empezando por reconocer que "la situación está mejorando", aunque "no sea suficiente".
Caldera aseguró que el índice global de incidencia de la siniestralidad (accidentes por cada 100.000 ocupados) ha experimentado una "reducción notable" desde el año 2003. No obstante, sólo en los últimos 12 meses, este índice ha caído un 5,3%, "el nivel más bajo desde 21 años", según indicó.
Además, el titular de trabajo precisó que la incidencia de la siniestralidad ha descendido en todos los sectores, menos en el agrario, en el último año, con una reducción en el caso de la construcción del 6,1%.
Sin embargo, Caldera centró su atención, especialmente, en los accidentes mortales, que, según dijo, se han reducido un 11,4% en el mismo periodo. "Si esta tendencia se mantuviera estaríamos por debajo de las medias europeas en muy poco tiempo", apostilló.
Además, el ministro de Trabajo sacó a colación una patente reducción de los accidentes laborales en términos absolutos, y apuntó una caída del número total del 1,3% en los últimos 12 meses, y del 7,7% en el caso de los accidentes mortales.
CONFIANZA EN LA ESTRATEGIA PARA LA SEGURIDAD LABORAL.
Por otro lado, Caldera se mostró convencido de que estas cifras seguirán mejorando gracias a la puesta en marcha de la Estrategia para la Seguridad y Salud en el Trabajo 2008-2012. "El desarrollo de la estrategia generará sus frutos día a día", precisó en este sentido.
Por otro lado, hizo un repaso a otras medidas puestas en marcha durante la presente legislatura encaminadas a reducir los índices de siniestralidad, y advirtió antes del carácter "estructural" del problema, para el que, dijo, "no hay soluciones mágicas, ni instantáneas".
En primer lugar, se refirió a la reforma laboral, en vigor desde el mes de julio. En su opinión, la creación de 864.000 nuevos indefinidos que ha propiciado "está detrás" de una caída de la temporalidad de un 2,6% y, de forma indirecta, del descenso de la siniestralidad.
Por otro lado, hizo mención a la Ley reguladora de la subcontratación en el sector de la construcción. En este punto, precisó que "aún es pronto para dudar de su eficacia", si bien, confió en que promoverá una reducción de los accidentes en este sector. Por último, el ministro de Trabajo precisó que el Gobierno ha llevado a cabo un importante aumento de los efectivos dedicados a la Inspección de Trabajo. Según indicó, los 1.800 efectivos que heredó el PP se redujeron a 1.614 ocho años después, para alcanzar, según lo previsto, los 2.000 en 2008.
Por su parte, la diputada de IU-ICV, Maria Carme García, dijo que los datos no aportan tranquilidad. Además, señaló, "da la sensación de que no van a haber cambios muy sustantivos" a raíz de las iniciativas legislativas aludidas por Caldera.
Por ello, puso sobre la mesa una serie de propuestas de su grupo entre las que se encuentran una reforma del Código Penal, un mayor control de la activida de las Mutuas de Trabajo y un mayor esfuerzo presupuestarios y de formación.
Los comentarios están cerrados.