"Se dieron cuenta de que había tenido cáncer de mama al hacerme el electro. Les conté que hacía dos años que me habían amputado un pecho, pero que estaba perfectamente y que sólo iba a revisiones anuales. Además, les enseñé los informes médicos en los que se asegura que estoy bien, que no tengo menos movilidad en el brazo por la amputación. Pero el médico me dijo que me rechazaban porque sólo habían pasado dos años, y el cáncer podría reproducirse", explicó María Rosa Gómez.
El pasado 12 de marzo de 2007 Metro de Madrid envió una carta a María Rosa Gómez, firmada por el gerente de medicina laboral, José Álcantara, en la que le indicaba que era rechazada por presentar "antecedentes recientes de proceso neoplásico mamario que resultan incompatibles en la actualidad con los requerimientos psicofísicos para el desempeño del puesto de trabajo de agente de taquilla".
"Me dio una rabia terrible. ¿Cómo se le puede rechazar a una persona solo porque tuvo cáncer hace dos años? No se paró a pensar esa persona que a lo mejor él también lo tendrá. Yo me hice una mamografía y estaba perfectamente; dos meses después noté un bulto y era cáncer. Nadie está libre de padecer esa enfermedad", afirmó Gómez.
María Rosa Gómez sostiene que está perfectamente capacitada para trabajar como taquillera: "No tengo ningún impedimento en el brazo, nada que me impida desempeñar ese trabajo. Y no sólo lo digo yo, tengo informes médicos que así lo certifican. Es más, ahora mismo estoy trabajando como auxiliar administrativo".
A pesar de ser haber sido rechazada en marzo, Gómez volvió a presentarse de nuevo en noviembre para el mismo puesto y volvió a aprobar. "Pero en el reconocimiento médico me dejaron fuera. Es más, me citaron a las ocho de la mañana y como a las diez y media no había entrado, les pregunté que qué pasaba conmigo y me volvieron a decir que no podía entrar porque estaba en las mismas condiciones que antes. No lo pude remediar, me puse a llorar".
Fue entonces cuando María Rosa Gómez decidió pasar a la acción y puso su caso en manos del asesor jurídico del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi), Óscar Moral.
Moral aseguró que "hay indicios serios de discriminación hacia una mujer, porque María Rosa, aunque tiene una clasificación de un 33 por ciento de minusvalía, no tiene ninguna dificultad ni en levantar el brazo ni en moverlo. Sus limitaciones son muy pequeñas, a efectos de posibles dificultades psicofísicas para el desempeño del trabajo".
"Este caso es inexplicable. Yo he visto sus informes médicos de noviembre de 2007 y en éstos se asegura que está en una situación estable, que no requiere terapias permanentes y que pasa controles anuales. Es una pena que una mujer que supera un cáncer de mama y que se quiere reincorporar a la vida laboral no pueda hacerlo", denunció Moral.
Óscar Moral envió hace dos semanas una carta a Metro de Madrid solicitando información sobre este caso, "pero aún no nos han contestado", dijo.
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