La responsable de Gestión de Calidad de la empresa textil ubicada en Marruecos Trojaco, Sanae Doukkali, presentó ayer en Madrid, -en un encuentro sobre RSC en el sector de la confección organizado por la Federación Española del Sector de la Confección (FEDECO)- esta compañía que trabaja desde 1986 para grandes firmas como Cortefiel o Inditex entre más de 45 clientes europeos. Con 1.700 empleados este es un ejemplo, según Doukkali, de que no todo el sector del país ‘hace las cosas mal’.
Bajo el lema ‘Nuestra empresa son nuestros empleados’, la representante de Trojaco explicó que la gestión de la empresa se basa en la ética, los Derechos Humanos, la igualdad de oportunidades y la no discriminación de la mujer –de hecho ella empezó como empleada de oficina y hoy ocupa el segundo puesto en el organigrama de poder de la empresa–. ‘Valoramos a la persona, independientemente del sexo y el respeto y la tolerancia a las distintas religiones es otra de las máximas en la compañía’, agregó.
Por ello, no admiten en la firma señales religiosas –precisamente por la variedad de religiones– y la plantilla femenina de la fábrica que profesa la religión musulmana no lleva velo. Además, ‘se respeta la seguridad y la higiene del lugar, de los puestos de trabajo y de los empleados y contamos con un plan de evacuación en caso de incendio, salidas de emergencias señalizadas, insonorización de las máquinas más ruidosas, formación del personal en su uso, material de protección y una enfermería al servicio de la plantilla’.
‘El médico pasa tres veces a la semana, contamos con vestuarios para los empleados, una cantina para comer, servicios y cursos de seguridad laboral e higiene’, añade Doukkali, que suma a ello un Plan de Formación Continua y cursos de alfabetización para los empleados que no saben leer. En la misma línea, se ofrece apoyo económico a los trabajadores con niños para material escolar de forma anual y una prima para los mejores empleados, basada en la calidad de su trabajo, la convivencia con sus compañeros, etc.
Las ayudas económicas llegan incluso a apoyar el viaje a la Meca que algunos empleados musulmanes desean hacer, y no permiten trabajadores con una edad mínima de 17 años. ‘Siempre se garantiza el salario mínimo establecido por ley y todos cuentan con su Seguridad Social, servicios de mutua y la pensión de jubilación’, explica. Además, se les abonan las horas extra y las empleadas embarazadas disfrutan de una baja de tres meses tras la que se incorporan a sus puestos ‘sin problemas’.
‘Nunca hemos dado la espalda a los sindicatos y la empresa cuenta con un Comité Sindical de diez personas que son votadas de forma habitual e independiente’, aseguró Doukkali, concluyendo que ‘es cierto’ que en algunas empresas del sector en Marruecos no se respetan los derechos básicos, pero Trojaco ‘ha abierto el camino a que las cosas cambien’.
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