En 2017 la ONU aprobó cinco normas de conducta especialmente dirigidas al talento LGTB en las empresas. Estas directrices contemplan su gestión desde un punto de vista genérico y de respeto a los Derechos Humanos, así como un enfoque específico que incluye a clientes o la cadena de suministros, entre otros aspectos.
Para conocer el nivel de adopción de estas normas de conducta por parte de las empresas españolas, hemos entrevistado a la Directora de Comunicación y Relaciones Institucionales en Pacto Mundial de Naciones Unidas España, Vanesa Rodríguez, durante la celebración del quinto aniversario de REDI. ¿Queda camino por recorrer en materia de diversidad? Lo descubrimos.
Avances insuficientes
Las normas de conducta de la ONU son principios y pautas que establecen los estándares de comportamiento esperados de los Estados miembros de las Naciones Unidas en diferentes ámbitos, y también de las empresas. Estas normas se refieren a áreas, como los derechos humanos, el derecho internacional humanitario, la diplomacia, la paz y la seguridad internacionales, entre otros.
En el Pacto Mundial de la ONU han percibido que el papel de las empresas para proteger e incentivar la diversidad ha crecido mucho, pero en el caso del colectivo LGTB, Rodríguez admite que aún «hay cierto retraso» y que «no hay suficientes estadísticas para sacar conclusiones».
Aún no hay suficientes estadísticas sobre las políticas y acciones corporativas en materia de gestión de talento LGTB.
Las grandes empresas y multinacionales españolas son las que más compromiso desmuestran en gestión e impulso de la diversidad. Aun así, según nos cuenta esta directiva, solo 9 de las 35 empresas del IBEX han suscrito las normas de conducta LGTBI de la ONU. El 74% de estas corporaciones contemplan políticas claras en favor de la diversidad, pero sólo la mitad realiza acciones concretas.
Esta concreción es, en opinión de Rodríguez, uno de los elementos que más ayuda a avanzar. Como, por ejemplo, definir el papel de la empresa en el mercado, decidir los proveedores que contratan y siendo proactivas a la hora de demostrar su compromiso con la diversidad LGTB, ante la plantilla, los clientes y takeholders.
Las normas de conducta LGTBI de la ONU SON: respeto de los derechos humanos; eliminación de la discriminación contra empleados LGTBI; prestar apoyo al personal LGTBI en el puesto de trabajo; no discriminar a clientes, proveedores y distribuidores LGTBI y la defensa de los derechos humanos de las personas LGTBI en las comunidades donde desarrollan su actividad.
Las normas de conducta dan una línea de trabajo específica, pero será el marco normativo, tanto el español como el europeo, con la Directiva sobre la diligencia debida de las empresas en materia de sostenibilidad y de Derechos Humanos, la que obligue a las empresas a trabajar en los aspectos de diversidad.
«Las empresas pueden ser un portavoz muy claro de principios en la sociedad y en los mercados. Son agentes de cambio», ha sentenciado la Directora de Comunicación.
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