La pandemia ha impulsado a las empresas a crear un nuevo storytelling para reconectar con su propósito y valores fundamentales. Así, las grandes compañías han invertido de lleno en los criterios ESG (tendencias medioambientales, sociales y de gobernanza corporativa), la responsabilidad social corporativa (RSC) o la inversión positiva, provocando, al menos en el caso de las empresas europeas, una mejora del 30% en sus resultados económicos anuales, según datos de B Lab Spain, organización sin fines de lucro que certifica las compañías B Corp.
Este cambio, no solo a nivel de storytelling, sino también a nivel de búsqueda de propósito se vió reflejado en Estados Unidos en lo que ya se conoce como “La Gran Renuncia”. “Las empresas más grandes fueron las pioneras en esta tendencia, llegando al punto en que, empresarios y altos directivos abandonaron sus cargos para buscar una conexión más profunda con ellos mismos y sus propósitos”, explica la managing partner del vehículo de inversión Seven Roots, Sandra Rams, quien recuerda que, en la actualidad, “las empresas van mucho más allá de los criterios ESG para buscar un propósito más auténtico y desarrollar estrategias que fomenten relaciones sólidas con sus stakeholders y consumidores”.
“Se ha demostrado que los consumidores se conectan emocionalmente con el ‘por qué’ (propósito) antes que con el ‘qué’ y el ‘quién’”, señala la experta. En este contexto, las empresas tienen la oportunidad de crear relaciones más duraderas y significativas con sus consumidores al hacerles creer en aquello que las diferencia y en su propósito de una forma más emocional.
Una necesaria innovación en términos de sostenibilidad
En este sentido, Seven Roots se centra en el crecimiento sostenible de sus participadas, empresas disruptivas y pioneras en conceptos de impacto positivo, sostenibilidad y economía circular, entre otros. A diferencia de los fondos de inversión convencionales, Seven Roots establece requisitos específicos para formar parte de su cartera: las empresas deben ser rentables desde el principio y tener un impacto social o medioambiental directo, concreto y medible.
«Las compañías deben ofrecer innovación en términos de sostenibilidad y presentar un producto consumible que marque un antes y un después en su sector, tanto desde una perspectiva ecofriendly como de eficiencia», indica Sandra Rams. En este sentido, desde Seven Roots defienden que la inversión con un enfoque sostenible y centrado en “la economía circular” puede ser una vía para generar beneficios económicos mientras se abordan los desafíos sociales y medioambientales.
La implementación de la llamada economía circular, que toma el reciclaje y la reducción de residuos como pilares fundamentales, podría representar un mercado mundial valorado en 4,1 billones de euros para el año 2030 (vía Accenture) y generar hasta 24 millones de puestos de trabajo en diversos sectores a nivel mundial (Organización Internacional del Trabajo).
«Las empresas que no apuesten por la economía circular se quedarán fuera del mercado. Es más que una moda o una tendencia, y se convertirá en un requisito para asegurar la supervivencia y la competitividad en el mercado actual», concluye la experta.