Zeeman acaba de publicar su Informe Anual de RSC de 2020. El informe hace un repaso de un año muy agitado, marcado, entre otras cosas, por la pandemia de la COVID-19 y el fallecimiento del fundador Jan Zeeman. A pesar de ser un año insólito, la cadena de supermercados textiles no ha perdido de vista la importancia de la responsabilidad social corporativa. Todo lo contrario: la cuota de algodón sostenible casi se ha duplicado en comparación con el año anterior, alcanzando el 42% de la cuota total de algodón. Asimismo, se han identificado y hecho públicos una parte de los proveedores de las fábricas con las que Zeeman trabaja. De este modo, los grupos de interés también pueden entablar un diálogo sobre cualquier problema que pueda producirse a niveles más profundos de la cadena. Las cifras demuestran que Zeeman ha conseguido mantener su sólida base financiera, a pesar de pertenecer a un sector muy afectado en toda Europa durante la pandemia.
Mantenerse zuinig en tiempos de pandemia
No cabe duda de que ha sido un año inusual. No obstante, la RSC ha jugado un papel importante este año. En palabras del director general, Erik-Jan Mares: “En Zeeman, a la responsabilidad social corporativa la llamamos simplemente ‘zuinig’, una palabra del neerlandés que combina los significados de cuidadoso y consciente de los costes. Se trata de ser ‘zuinig’ con las personas, la sociedad y el medio ambiente. El año pasado quedó patente una vez más la importancia que tiene esto. Somos transparentes hacia nuestros grupos de interés, tanto dentro como fuera de la empresa. Por ejemplo, cumpliendo nuestros acuerdos en términos de condiciones de pago y compra de volúmenes, y compensando los salarios de los trabajadores de las fábricas de Bangladesh e India, en la parte que nos corresponde, durante los confinamientos en estos países. El hecho de que seamos ‘zuinig’ también se refleja en nuestras cifras. Antes de la pandemia ya teníamos una base financiera sólida. También durante la pandemia hemos demostrado ser relevantes para muchas personas. Esto se debe, en parte, a que tenemos un surtido atemporal de productos básicos y la mayoría de nuestros artículos no están condicionados por las tendencias. Este año también nos estamos esforzando por seguir avanzando en materia de sostenibilidad. Queremos, por ejemplo, que el 35% de nuestra colección de ropa esté hecha de materiales sostenibles y que el 50% del algodón que usamos también sea sostenible. Continuamos nuestra colaboración con la Fair Wear Foundation, que nos mantiene alerta y aporta nuevos conocimientos, y estamos elaborando un plan de acción para analizar la cuestión del salario digno. ¡Es decir, que tenemos mucho por hacer!”
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