La Fundación para la Diversidad ha otorgado a Ibermática el sello que le reconoce como miembro del Chárter Europeo de la Diversidad e Igualdad en España, un proyecto impulsado por la Comisión Europea y el Ministerio de Igualdad que avala el respeto de sus entidades adheridas hacia las diferencias que existen entre las personas. El diploma da testimonio “del compromiso de Ibermática con el fomento de un entorno socialmente respetuoso, económicamente sostenible y legalmente riguroso”
El Chárter de la Diversidad es un código al que pueden adherirse empresas e instituciones de un mismo país, independientemente de su tamaño, para fomentar su compromiso hacia los principios fundamentales de igualdad y su comportamiento de respeto al derecho de la inclusión de todas las personas, independientemente de sus perfiles diversos, en el entorno laboral y en la sociedad.
Asimismo, reconoce los beneficios que brinda la inclusión de la diversidad cultural, demográfica y social en una organización; la implementación de políticas concretas para favorecer un entorno laboral libre de prejuicios en materia de empleo, formación y promoción; y el fomento de programas de no-discriminación hacia grupos desfavorecidos.
Ibermática se compromete también a extender el respeto a las diferencias entre personas a todo el entorno de la empresa –sus profesionales, clientes, proveedores…– para fomentar una comunidad que comparta los mismos principios. Respecto a sus profesionales, para contribuir a la eficacia de la organización y lograr mejores beneficios para la empresa. Y respecto a sus clientes, proveedores u otros agentes del entorno, con objeto de fomentar una comunidad de entidades que operen según el mismo código de respeto a las diferencias de las personas y potenciar una mayor calidad de vida y laboral.
Principios básicos
Las empresas que voluntariamente son signatarias del Chárter de la Diversidad respetan las normativas vigentes en materia de igualdad de oportunidad y anti-discriminación, y asumen los siguientes 10 PRINCIPIOS BÁSICOS:
- Sensibilizar: los principios de igualdad de oportunidades y de respeto a la diversidad deben estar incluidos en los valores de la empresa y ser difundidos entre los empleados.
- Avanzar en la construcción de una plantilla diversa: la empresa debe fomentar la integración de personas con perfiles diversos (independientemente de su género, orientación sexual, raza, nacionalidad, procedencia étnica, religión, creencias, edad, discapacidad, etc.).
- Promover la inclusión: la integración debe ser efectiva, evitándose cualquier tipo de discriminación (directa o indirecta) en el trabajo.
- Considerar la diversidad en todas las políticas de dirección de las personas: la gestión de la diversidad no debe ser una práctica de recursos humanos más, sino un factor transversal, que se encuentre en la base de todas las decisiones que se tomen en este ámbito.
- Promover la conciliación a través de un equilibrio en los tiempos de trabajo, familia y ocio: las organizaciones deben establecer mecanismos que permitan la armonización de la vida laboral con la vida familiar y personal de todos los trabajadores.
- Reconocer la diversidad de los clientes: las organizaciones deben conocer el perfil de los clientes, reconociendo que su diversidad también es una fuente de innovación y desarrollo.
- Extender y comunicar el compromiso hacia los empleados: el compromiso que la organización adquiere al ser signataria del Charter de la Diversidad debe ser compartido transversalmente por toda la empresa.
- Extender y comunicar el compromiso a las empresas proveedoras: invitándoles a unirse a la comunidad de empresas que en España se adhieren al compromiso voluntario que promueve el Charter.
- Extender y comunicar este compromiso a administraciones, organizaciones empresariales, sindicatos, y demás agentes sociales.
- Reflejar las actividades de apoyo a la no discriminación, así como los resultados que se van obteniendo de la puesta en práctica de las políticas de diversidad en la memoria anual de la empresa.
El gran cambio del siglo XXI
Tal y como señalan desde la Fundación para la Diversidad, “el incremento de la diversidad es el gran cambio social del siglo XXI. Hoy en día, ningún colectivo humano puede dar la espalda a evidencias como la consolidación de la mujer en el mercado de trabajo, el incremento de la población inmigrante, la ampliación del abanico de culturas, estilos de vida personal o las diferencias de orientación sexual”.
En este contexto, “la dirección de personas en las organizaciones debe romper con la noción, subyacente en muchas prácticas tradicionales, de que la comunidad de personas que trabajan en la organización constituye una categoría homogénea, indiferenciada. Por el contrario, debemos asumir que las plantillas están compuestas por personas muy diferentes en habilidades personales, así como en otros factores demográficos, culturales y sociales. Se hace más probable, por lo tanto, la interacción entre trabajadores con necesidades, actitudes, valores, motivaciones y potenciales de contribución muy diferentes”, concluyen.
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