El pasado viernes 5 de junio se celebró el Día Mundial del Medioambiente, una cita que invita a la reflexión y que el comparador Acierto.com ha querido aprovechar para analizar cómo cuidan los españoles de él. El estudio, que contempla varios ámbitos, revela no solo que la sostenibilidad no es un factor de compra importante, sino que somos reticentes a la hora de comprar un coche eléctrico e incluso que “ponemos excusas” para reciclar. ¿Qué dicen las cifras exactamente y cuáles son las consecuencias de este comportamiento?
Un ahorro energético que brilla por su ausencia
Así y según los datos, 8 de cada 10 reconoce que podría hacer más por el medioambiente, y hasta el 35% que ni siquiera recicla. La falta de espacio a la hora de separar los residuos es el principal argumento. El 82% dice también que no le importa la sostenibilidad de los productos que adquiere, sino que se guía por el precio.
Aquí hay que sumar otro suspenso más: el de la eficiencia energética de nuestros edificios: España lleva casi 6 años suspendiendo en esta materia -desde la entrada en vigor de la certificación energética para edificios-. Además, el consumidor ignora que, más allá del confort, desarrollar una actividad o vivir en una edificio sostenible y eficiente reduce los costes energéticos entre un 60% y un 80%. Y que incluso pueden llegar a ahorrar hasta 2.000 euros al año cambiando sus hábitos.
Comparar tarifas energéticas, optar por electrodomésticos eficientes, cerrar los grifos cuando nos enjabonamos las manos o nos lavamos los dientes –el consumo se reduciría a la mitad–, apostar por bombillas de bajo consumo, instalar calderas de condensación, aislar las ventanas –las pérdidas suponen un 30% de la factura eléctrica–, etcétera, son algunas actitudes responsables que permiten lograrlo.
El 40% no se plantea comprar un coche eléctrico
Asimismo y según los datos de Acierto.com 2 de cada 5 españoles no está dispuesto a gastar más en un coche que contamine menos. ¿El resultado? La venta de eléctricos supone menos del 1% del mercado español.
Además, hay que tener en cuenta que el 92% de los consumidores que apuestan por los automóviles eléctricos no llega a amortizar su inversión sin las ayudas del Estado. De hecho es necesario recorrer hasta 220.000 kilómetros -de uso combinado durante los 11 años de vida útil que suelen tener- para recuperar el mayor precio de compra. Aquí hay que añadir que España se encuentra a la cola de Europa en puntos de recarga para coches eléctricos –cuenta con unos escasos 7.606–.
Por otra parte, el precio de los seguros a todo riesgo sin franquicia para los automóviles eléctricos puede ser hasta un 28% superior a sus homólogos de gasolina, aunque, poco a poco, se están equiparando.
Esta diferencia podría justificarse en que los seguros de coche de los eléctricos no solo contemplan servicios destinados a responder a los problemas «típicos» de los coches, sino que también incluyen coberturas específicas como el robo del cable de recarga. Se trata de coches habitualmente más caros, algo directamente relacionado con el coste de las reparaciones, también superior; igual que las baterías y los cables de carga.
En definitiva: en la decisión de compra priman el precio del propio vehículo y la amortización de las ayudas del Estado. En cualquier caso, el próximo martes se prevé que el gobierno active un nuevo Plan MOVES de 65 millones de euros para ayudar a la venta de vehículos eléctricos.
Cuidar del medioambiente en tiempos de coronavirus
No podemos olvidar que cuidar del medioambiente es también una cuestión de salud. De hecho y en tiempos de coronavirus, los últimos informes parecen indicar que la incidencia del COVID-19 es mayor en ciudades altamente contaminadas. Las primeras hipótesis apuntan a una mayor vulnerabilidad respiratoria en aquellos que llevan expuestos a la polución durante más tiempo.
En cualquier caso, cabe comentar que la pandemia ha generado la mayor caída de emisiones de CO2 a la atmósfera de la historia. La reducción del tráfico –que ha llegado a disminuir un 80%–, de los vuelos –en Europa se han cancelado el 90%– y la paralización de la industria han sido las principales causas. Algo que refleja que el cambio tiene carácter temporal pero que invita a la reflexión. Lo mismo ocurre con el uso de la bicicleta, que se ha disparado de manera exponencial.
Por otra parte y tal y como recuerda el comparador Acierto.com, hasta el 20% de aquellos que se desplazaban en transporte público al trabajo, con la nueva normalidad elegirán el vehículo privado, presumiblemente y en su gran mayoría, el coche. Y que como resultado de la crisis del coronavirus habrá un aumento de peligrosos residuos médicos que deberán gestionarse de forma adecuada.
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