Desde el pasado mes de marzo de 2019, y a lo largo de todo el año, FUNDACIÓN JUAN XXIII RONCALLI ha desarrollado “Impulsa”, un proyecto dedicado a la prestación de apoyos personalizados a personas con discapacidad intelectual. Esta Fundación lleva más de 50 años trabajando para la inclusión social y laboral de personas con discapacidad intelectual y/o enfermedad mental, y con esta iniciativa consigue beneficiar a trabajadores de entre 18 y 65 años de la plantilla de la Fundación.
Este proyecto está financiado por la Consejería de Políticas Sociales y Familia de la Comunidad de Madrid con el objetivo de llevar a cabo un programa de fuerte interés social: promover la autonomía e independencia de los trabajadores con discapacidad intelectual. En este caso, los que participan en las diversas actividades llevadas a cabo durante su desarrollo, un total de 21 personas en 2019, con la intervención además de sus compañeros, profesionales de la Fundación y un equipo de voluntarios.
Con un enfoque integral que buscaba obtener resultados a medio y largo plazo, el proyecto se desarrolla en tres áreas: la formación a través talleres grupales para el aprendizaje y entrenamiento de determinadas habilidades y herramientas que contribuyen a mejorar su autonomía e independencia en la vida diaria; la prestación de apoyos personalizados “a la carta” para dar respuesta a necesidades concretas individuales de acompañamiento tanto en el domicilio familiar como en el entorno comunitario; y, finalmente, el desarrollo de actividades de ocio inclusivo y tiempo libre en grupo, permitiendo a estas personas compartir experiencias y participar activamente en las propuestas culturales y de ocio de sus respectivas comunidades.
“Sin duda ha supuesto una mejora significativa en la calidad de vida de los participantes, manifestando todos un alto grado de satisfacción con esta experiencia pionera” ha declarado Blanca Berrio, Psicóloga y Responsable del Proyecto Impulsa de FUNDACIÓN JUAN XXIII RONCALLI.
Gracias a esta metodología participativa, las personas con discapacidad pueden adoptar un papel activo en la toma de decisiones sobre aspectos de su día a día, incrementando su bienestar emocional y personal, además lograr mejorar las competencias personales de los participantes, muchos de los cuales viven ya de manera autónoma o con familiares que tienen una edad avanzada.
Los profesionales de FUNDACIÓN JUAN XXIII RONCALLI aseguran que este proyecto, presentado de nuevo a la Convocatoria de subvenciones con la intención de darle continuidad y pendiente de resolución, ha sido clave para mejorar la autoestima de los participantes, lo cual se ha traducido en una mayor motivación en el trabajo, una mejora del clima laboral y en definitiva del trabajo en equipo, siendo además pionero por suponer apoyos específicos para personas que, dentro del amplio abanico de la discapacidad intelectual, no suelen ser los receptores de este tipo de iniciativas: “Este tipo de experiencias suponen un gran desarrollo para estas personas con discapacidad intelectual cuyos perfiles se quedan habitualmente fuera de las ayudas al considerarse que no requieren tanto de apoyo como otras. De hecho, se han podido detectar un gran número de necesidades que, sin los recursos invertidos, no hubiera sido posible cubrir”, ha manifestado Berrio.
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