Sisteplant, compañía española especializada en mejorar la competitividad de la industria, ha realizado una serie de estimaciones, basadas en sus proyectos, que le llevan a concluir que adoptar un modelo de crecimiento sostenible y ecológico podría reportar a las fábricas una rentabilidad de entre el 15% y el 20% sobre ventas, gracias a la adopción de tecnologías de fabricación y control englobadas en Industria 4.0.
Preocupación en la industria
“La industria ha sido un sector tradicionalmente señalado por los elevados índices de contaminación que provocaba. Sin embargo, en los últimos años ha adquirido un fuerte compromiso por reducir esos niveles y contribuir a crear un mundo más sostenible”, ha señalado Ana Santiago, CEO de Sisteplant.
Así lo demuestra la Encuesta de Gasto de la Industria en protección ambiental del INE, que en su última edición señalaba que en 2017* la inversión había aumentado un 1,2% y que la mayor parte de ella se destinaba a la Reducción de emisiones atmosféricas, con un 62%; seguida de la Gestión de aguas residuales y Gestión de residuos.
La fabricación avanzada, gran aliado para lograr el objetivo
La industria está buscando constantemente servicios, sistemas, tecnologías y modelos que le permitan trabajar para conseguir ese objetivo. Y uno de los modelos que más contribuyen a lograrlo es la fabricación avanzada. Se trata de un modelo que va más allá de la industria 4.0, y que se basa en tres ejes: tecnología, digitalización y personas, para obtener un conocimiento del proceso productivo que permita que los propios sistemas se adapten a las necesidades de producción de cada momento, prevean posibles fallos y se auto regulen para evitarlos o solucionarlos garantizando además “cero defectos” en fabricación.
Este modelo incrementa la eficiencia y la competitividad de la producción hasta alcanzar niveles de calidad extrema; reduce el consumo energético, de forma que, según las estimaciones de Sisteplant, basadas en el análisis de casos de clientes, se incrementa la rentabilidad en un porcentaje que oscila entre el 15 y el 20%.
Según ha señalado Ana Santiago. “La preocupación por el medio ambiente está provocando que los consumidores premien a las empresas que demuestran una evolución decidida en este campo y discriminen a aquellas empresas que no toman las medidas necesarias para controlar la contaminación o la sostenibilidad. Ya no hay marcha atrás. Y, como hemos visto en numerosos casos en nuestros clientes, la buena noticia es que, además de ser positivo para todos, también resulta rentable desde el punto de vista económico”.
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