Un incremento del trabajo flexible reduciría los niveles de dióxido de carbono en 214 millones de toneladas al año para el 2030, según un nuevo estudio de Regus, proveedor global de espacios de trabajo.
Este análisis, realizado por investigadores independientes, ha revelado que si aumentara el uso de espacios de trabajo flexible, los profesionales podrían ahorrar 3.530 millones de horas de desplazamiento al trabajo cada año hasta el 2030. Asimismo, la cantidad de dióxido de carbono que se reduciría gracias a esta disminución de horas invertidas en desplazarse al trabajo es equivalente al carbono que absorberían 5.500 millones de árboles en un periodo de 10 años.
Regus también ha calculado cuál sería el impacto que tendría de ahora a 2030 el impulso de los espacios de trabajo flexibles. El estudioha analizado 16 países de todo el mundo, pronosticando que un aumento del trabajo flexible en estos países contribuiría en más de 8,6 billones de eurosa la economía global para el 2030.
“El trabajo flexible contribuye a cumplir los objetivos del cambio climático del Programa de las Naciones Unidas para el Ambiente”, afirma Philippe Jiménez, country manager de Regus en España. “El mundo necesitaría reducir anualmente sus emisiones de gases de efecto invernadero entre 12.000 y 14.000 millones de toneladas métricas para 2030, yasí disminuirel calentamiento global en 2 grados Celsius. Además, permitiendo que los profesionales puedantrabajar en una ubicación más cercanaa sus casas, y eliminando la utilización del transporte para desplazarse a sus puestos de trabajo, se ahorrarían millones de toneladas de CO2 cada año. De hecho, como el ecosistema en el que vivimosestá en crisis, se antoja fundamental ofrecer una forma de trabajo flexible de manera urgente para beneficiar al funcionamiento de nuestro planeta”, añade Jiménez.
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