Blogueros de maternidad y paternidad se unen para ayudar al colectivo de personas con discapacidad intelectual o del desarrollo. Desde la campaña #ConvergenciaSolidaria animan a todos a pensar en las personas con discapacidad intelectual que hay en su entorno y a colaborar económicamente con la Fundación Gil Gayarre, una entidad que desde hace 60 años trabaja para mejorar la calidad de vida de las personas de este colectivo.
“Tal vez a ti no te ha tocado tan de cerca como ahora a mí, pero no digas que no te ha tocado. Las personas con discapacidad intelectual están ahí, claro que las has visto, claro que es un tema que te pilla de cerca”, así se suma Melisa Tuya, autora del blog Madre reciente y del libro Tener un hijo con autismo, a la campaña #ConvergenciaSolidaria, una campaña promovida por Blogdads para fomentar el apoyo de blogueros y blogueras al colectivo de personas con discapacidad intelectual.
“En la sociedad actual, los creadores de contenidos digitales se han convertido en auténticos líderes de opinión, en el lugar que anteriormente ocupaban las celebrities o algunos y algunas intelectuales. Por eso es muy importante que tomen conciencia de que pueden ser parte de la solución a problemáticas sociales muy concretas”, afirma Marcos Pérez Guerrero, coordinador de la campaña y autor de Padre en Estéreo. “Por eso hacemos un llamamiento a que cuenten sus propias historias para visibilizar al colectivo e inviten a sus seguidores a apoyar económicamente a la Fundación Gil Gayarre, una entidad que se dedica desde hace 60 años a mejorar la vida de las personas con discapacidad intelectual”, explica.
Una de esas personas que han formado parte de la Fundación Gil Gayarre es el hijo de Vanesa Pérez Padilla, creadora del blog Y de verdad tienes tres, que invita a sus lectores a pensar en su entorno y prestar atención: “¿cuántas personas con discapacidad conocéis directa o indirectamente? Mañana puede ser el compañero de clase de vuestros hijos o un familiar o un gran amigo… Seguro que querréis que tenga las mismas oportunidades que vosotros y que tenga una vida plena, ¿verdad?”.
Cada una de las blogueras que han participado por el momento en el “carrusel de posts solidarios” ha ampliado y afinado un poco más la campaña, desde lo que a cada cual le toca más de cerca. “No se trata de regalarles algo que por derecho les corresponde, son parte de la sociedad, parte de nuestra vida diaria. Tal vez no tengas una historia como la mía, de un familiar o amigo cercano, pero están ahí, son el hijo de tu vecino, el hermano de tu mejor amigo, la sobrina de tu compañero de trabajo”, añade Vanesa. “Para normalizar, para incluir, para reclamar derechos, es vital visibilizar, es necesario ser consciente de que a todos nos toca”, concluye Melisa.
Otro familiar cercano es Itzel Villagómez Escobar que desde su blog Cachito a Cachito cuenta la emotiva historia de su abuelo que luchó con tesón para que su hija Vianney, con parálisis cerebral y discapacidad intelectual, tuviera una vida plena. “La lección de mi abuelo la llevo conmigo: «no tengas miedo». No temo a las diferencias, no temo a lo desconocido porque él me enseñó que en la diferencia hay amor y que la ignorancia se mata con la cercanía, que si algo no conoces basta con mirar más de cerca”, cuenta en el artículo “Ella y su mundo” para esta campaña.
Pero también hay historias que van más allá del ámbito familiar. Lucy, responsable del blog Chibimundo, comparte con sus lectores el cambio que experimentó ella misma cuando en una entrevista de empleo la avisaron de que la compañera con la que trabajaría codo con codo tenía Síndrome de Down. Narra en primera persona los prejuicios que le asaltaron antes de conocerla y cómo terminó derribándolos desde el primer al último día de trabajo. Finaliza recomendando que “si conoces a alguien distinto a ti, con una capacidad diferente de comunicarse, de ver el mundo, con otro ritmo; tómalo como un regalo y una forma de aprender tanto de esa persona como de ti, un regalo único”.
Una experiencia parecida cuenta Sonia Morejón Jiménez del blog La sonrisa despeinada, que afirma que “la inclusión no es ninguna caridad, es un derecho que tienen [las personas con discapacidad intelectual] como personas que son: a ser independientes, a llevar una vida como tú y como yo, a sentirse bien y útiles en una sociedad que no los desprecie”. En su caso, el primer contacto con este colectivo fue en un voluntariado universitario en el que daba apoyo a la lectura y escritura a un grupo de personas con discapacidad intelectual con un trasfondo de pobreza y exclusión muy fuerte. “Aprendí, como decía en el título, que la discapacitada había sido yo: por juzgar, por tener miedo a lo desconocido, por haberme creído superior. Durante aquel año escuché, reí, pasé malos ratos ante algunas situaciones, pero sobre todo perdí el miedo”, recoge en su escrito.
Hasta el día 31 de enero es posible seguir haciendo aportaciones económicas a la campaña “#ConvergenciaSolidaria por la discapacidad intelectual” a través de la plataforma de crowdfunding solidario Kukumiku, así como participar en el carrusel de post. Y, gracias a la veintena de colaboradores con los que arranca este proyecto, los participantes podrán entrar en el sorteo solidario de los productos donados por ellos.
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