El Centro de Estudios del Coaching (CEC), la escuela de formación en coaching y liderazgo, han publicado un listado de cosas que las empresas deben tener en cuenta a la hora de afrontar las fechas navideñas. Según los responsables del CEC, las navidades ofrecen muy buenas oportunidades para fortalecer las relaciones personales entre los trabajadores de la empresa y trabajar su compromiso con el proyecto. Pero mal enfocados, los eventos navideños también pueden ser una fuente de conflictos y desigualdades.
“Menor carga de trabajo, fiestas, regalos… las fiestas navideñas pueden ser el mejor contexto para cohesionar el equipo de trabajo de nuestra empresa. Pero una mala gestión de estos días consigue justamente el efecto contrario. Tener en cuenta unas cuantas pautas puede ser muy efectivo a la hora de transformar un coste puro y duro en una inversión en Recursos Humanos”, señala Miriam Ortiz de Zárate, socia directora del Centro de Estudios del Coaching.
6 cosas que hay que tener en cuenta sobre las Navidades de Empresa
1. Regalos a empleados, clientes y proveedores. Cuidado a la hora de decidir qué vamos a regalar y a quién. Cuando parte de los profesionales que acuden a la oficina son autónomos o forman parte del equipo de un proveedor, ¿nos ahorramos con ellos la cesta de navidad o dejamos de invitarles a la cena navideña? Hacer regalos de diferente importe en función del estatus profesional tampoco es una buena idea, así como hacer grandes diferencias entre empleados, clientes y proveedores. En todos estos casos, lo más sensato es ser coherentes e igualitarios, para evitar suspicacias y heridas que luego tardan meses en sanar.
2. Nuestro regalo de navidad también nos representa. Así que cuidado con los regalos corporativos que transmiten valores distintos a lo que somos como empresa o que proceden de empresas con una reputación dudosa. Lo mejor es vincularnos con productos y marcas que potencien nuestra imagen e identidad organizacional. Una buena opción, que está en expansión, es aprovechar las fechas navideñas para promover e invertir en alguna causa solidaria, en la que tanto la empresa como los trabajadores puedan involucrarse.
3. Cuando no hay para lo básico, tampoco debe haber para fiestas y regalos. Si la empresa está atravesando por dificultades y los empleados han sufrido recortes y ajustes, difícilmente entenderán que se organicen grandes eventos o se hagan regalos caros a determinados clientes. Lo más prudente es transmitir una imagen de austeridad, que sea coherente con el momento que se está atravesando. Con un poco de imaginación, se pueden hacer muchas cosas, aunque el presupuesto sea limitado.
4. Qué hacer con los regalos que llegan a la empresa. Algunas personas y departamentos acumulan un elevado número de regalos, debido a su función (departamentos comerciales, de compras, etc.). Esto puede convertirse en un problema, especialmente si son regalos excesivos o demasiado valiosos, porque generan agravios comparativos con otros departamentos, además de la deuda implícita que se genera (por ejemplo cuando el responsable de compras recibe un regalo de un proveedor). Por este motivo, hay empresas que desarrollan políticas específicas. Algunas no admiten regalos o ponen un precio máximo. Otras recogen todos los regalos recibidos y los reparten de manera equitativa. También hay quién los aprovecha para celebrar una tómbola navideña o incluso quién los utiliza para alguna actividad solidaria.
5. Asistir a la fiesta de navidad de la empresa es opcional. En general las fiestas y cenas de navidad de empresa son una excelente ocasión para que los compañeros de trabajo hagan team building. De ahí que muchas organizaciones presionen e incluso obliguen a sus empleados a asistir. Nada podría ser más contraproducente. De hecho, si parte del equipo no quiere participar en este tipo de celebraciones, deberíamos considerarlo como un síntoma de que hay algo que no va del todo bien.
6. Ojo con perder los papeles en la fiesta. Este punto parece muy obvio, pero todos los años nos encontramos con personas que beben un poco más de la cuenta, pierden los papeles y dicen o hacen cosas de las que luego se arrepienten durante el resto del año. ¡Que no sea este tu caso!
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