Hoy viernes, 25 de noviembre, se celebra el Día Internacional Contra la Violencia de Género, una cita que nos invita a reflexionar sobre la situación de las mujeres que viven esta complicada situación.
Fruto de su compromiso con la inclusión laboral de personas en riesgo de exclusión social, en Fundación Adecco hemos atendido a un total de 432 mujeres víctimas de violencia de género en lo que llevamos de año. Analizamos las necesidades de estas mujeres para su total inclusión en el mercado laboral y los datos que el Consejo General del Poder Judicial y el Observatorio de la Violencia de Género ofrecen sobre el número de denuncias.
Aumentan las denuncias por violencia de género
El inicio de la crisis económica en el 2007 afectó de lleno a la economía y a la generación de empleo afectando de manera más pronunciada a personas en riesgo de exclusión sociolaboral, entre ellas las mujeres víctimas de violencia de género. No fueron pocas las mujeres que ante un contexto de violencia alargaron esta situación por miedo a no encontrar un empleo y no disponer de los recursos económicos suficientes para salir adelante por sí mismas y mantener a sus hijos.
Esta situación se puede comprobar si atendemos a los datos sobre denuncias que registran el Consejo General del Poder Judicial y el Observatorio de la Violencia de Género. En los últimos años se ha producido un descenso en el número de denuncias interpuestas. En 2013, año cumbre de la crisis económica, se contabilizaron un total de 124.894 denuncias en toda España, un 14% menos que en 2008. Esta reducción en el número de denuncias no siempre significa que el problema de la violencia de género esté desapareciendo, más bien puede configurarse como un reflejo de los difíciles momentos que atraviesa la economía y el mercado laboral. Muchas mujeres no denuncian por miedo a no encontrar un trabajo y no disponer de recursos económicos suficientes para salir adelante y mantener a sus hijos.
Esta tendencia descendente en el número de denuncias se rompió en el año 2014, cuando se contabilizaron 126.742 denuncias, un 1,5% más respecto al año anterior. Una tendencia al alza que continúo durante el 2015, año en el que se registraron 129.193 denuncias, un 1,9% más que el año anterior.
Se prevé que en 2016 el número de denuncias por violencia de género sea superior a 2015. Durante el primer semestre de este año se han contabilizado un total de 70.236 denuncias, un 12,6% más que durante el mismo periodo el año anterior, cuando se contabilizaron 62.323 denuncias.
Fuente: Consejo General del Poder Judicial. Observatorio de la Violencia de Género
Según Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco: “el incremento de las denuncias es un síntoma del aumento de la confianza de las mujeres en el mercado laboral y en las posibilidades de conseguir un puesto de trabajo. El empleo es la mejor manera de combatir la violencia de género y hacer que estas mujeres puedan ser totalmente independientes”.
Islas Canarias, Murcia y La Rioja, las regiones en las que más suben las denuncias por violencia de género
Durante el primer semestre de 2016, las denuncias por violencia de género han experimentado un incremento del 13% respecto al mismo periodo del año anterior.
Ahora bien, si nos fijamos en los datos por Comunidades Autónomas observamos que tan solo en Aragón y Castilla y León se ha experimentado un descenso en el número de denuncias de un 10% y 2% respectivamente.
Las barreras a las que se enfrentan las mujeres víctimas en su acceso al empleo
Durante 2016 en Fundación Adecco hemos atendido a 432 mujeres víctimas de violencia de género. Esta atención abarca múltiples ámbitos que van desde la formación en competencias emocionales y competencias técnicas hasta la formación para la correcta búsqueda de empleo (cómo afrontar una entrevista de trabajo, cómo elaborar y actualizar un currículo, qué recursos pueden utilizar para la búsqueda de empleo, etc.). Fruto de esta atención y trabajo con mujeres víctimas de violencia de género, en Fundación Adecco hemos detectado las principales barreras a las que se enfrentan estas mujeres para acceder a un puesto de trabajo:
1. Autoestima: el bajo nivel de autoestima es uno de los principales problemas a los que se enfrentan las mujeres víctimas de violencia de género, quienes afrontan con desesperanza y falta de iniciativa su búsqueda de empleo. Esta falta de confianza en sí mismas les impide desarrollar muchas habilidades y capacidades personales y profesionales necesarias para encontrar un puesto de trabajo.
2. Cargas familiares no compartidas: las mujeres víctimas son las que en muchos casos se hacen cargo de sus hijos sin que nadie les pueda ayudar. En estos casos nos encontramos con una doble discriminación cuando se trata de acceder al mercado laboral: son mujeres víctimas de violencia de género y tienen cargas familiares no compartidas. Esta situación lleva a muchas empresas a poner en entredicho el nivel de compromiso de estas mujeres por creer que no cumplirán con su horario o que fallarán continuamente a su puesto de trabajo por atender a sus hijos u otros familiares. Se trata de prejuicios infundados ya que, estas mujeres necesitan un empleo para salir de la situación tan compleja que viven y ellas son conscientes de ello.
3. Flexibilidad de horarios: tras denunciar su situación, muchas mujeres víctimas necesitan trabajar en un horario específico para poder hacer frente a otras responsabilidades como por
ejemplo el cuidado de sus hijos. Aunque la sociedad está muy sensibilizada con la problemática existente alrededor de las mujeres víctimas de violencia de género es necesario seguir trabajando para sensibilizar al tejido empresarial de la situación que viven muchas de estas mujeres y permitirles un horario de trabajo flexible que les permita conciliar su vida laboral y profesional.
4. Limitaciones geográficas: muchas mujeres víctimas de violencia de género y con orden de alejamiento se ven obligadas a dejar su lugar de procedencia ya que, no pueden trabajar en la misma zona que su agresor por temor a un posible encuentro. Se ven obligadas a comenzar una nueva vida en un lugar desconocido para ellas. Este desconocimiento del entorno, de las oportunidades laborales que ofrece y la lejanía de su círculo social habitual (familia y/o amigos) que pueda ayudarles son un hándicap a la hora de encontrar un empleo que les permita salir adelante.
5. Prejuicios empresariales: en la actualidad muchas empresas temen verse perjudicadas si contratan mujeres víctimas de violencia de género con orden de protección debido a la posible proximidad del maltratador al lugar de trabajo de la víctima.
“Debemos seguir trabajando para poner fin a las barreras que dificultan el acceso al mercado laboral de las mujeres víctimas de violencia de género. Aunque la sociedad está muy sensibilizada con ellas, es necesario concienciar al tejido empresarial de las dificultades que tienen estas mujeres e implantar medidas que les ayuden a trabajar y hacer frente a su difícil situación personal”, asegura Francisco Mesonero.
Medidas para favorecer la inclusión laboral de mujeres víctimas de violencia de género
Sin duda alguna, el empleo es la mejor receta para poner fin a la violencia de género y mejorar la situación de las mujeres que viven esta situación. Entre otras razones, un puesto de trabajo otorga a estas mujeres una mayor o total independencia económica, incrementa la confianza en sí mismas, mejora su autoestima y se convierte en un gran mecanismo de prevención para que la situación de violencia no se repita en el futuro. Además, el disponer de un empleo permite la protección de todo el núcleo familiar, no debemos olvidar que en muchas ocasiones son las mujeres las que asumen la guarda y custodia de los hijos una vez denunciada la situación de violencia.
Para favorecer la inclusión laboral de las mujeres víctimas de violencia de género, desde Fundación Adecco creemos que es necesario:
1. Sensibilización: es necesario sensibilizar a las empresas sobre la problemática que viven las mujeres víctimas de violencia de género con el objetivo de favorecer su inclusión laboral sin perjudicar la situación personal que viven y también, con el fin de sembrar la diversidad en el ámbito de las relaciones laborales. Como parte de este trabajo de sensibilización debe potenciarse la implantación de medidas de conciliación laboral en la empresa que permitan a estas mujeres trabajar y cuidar de su familia cuando no disponen de otra ayuda.
2. Recursos: dotar de recursos a estas mujeres para abordar su desarrollo competencial es una ayuda fundamental para afrontar la búsqueda de empleo. Por ejemplo: sesiones de orientación laboral donde de manera teórica y práctica se aborde el desarrollo competencial y el afrontamiento de la búsqueda de empleo.
3. Tejido asociativo: reforzar el tejido asociativo para que la mujer se sienta apoyada en su búsqueda de empleo.
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