El próximo 15 de mayo se celebra el Día Internacional de la Familia, celebración que nos invita a profundizar en la situación de miles de familias que encuentran más dificultades a la hora de integrarse social y laboralmente, como pueden ser las que tienen alguna persona con discapacidad entre sus miembros.
En este contexto, la Fundación Adecco ha elaborado el 5º Informe Discapacidad y Familia, cuyo objetivo es realizar una aproximación a la situación de las familias que tienen a hijos con discapacidad, así como identificar sus preocupaciones, necesidades y demandas.
Las conclusiones del informe se basan en una encuesta realizada a 500 familias residentes en España.
Escasa confianza laboral
Una de las cuestiones que más preocupa a los padres es el futuro de sus hijos con discapacidad. ¿Qué pasará cuando yo falte? es la pregunta más recurrente que se formulan los participantes en la encuesta.
En este sentido, cuando se pregunta a los encuestados si confían en que su hijo podrá trabajar en entornos laborales ordinarios (es decir, espacios no protegidos), un 61% responde de forma negativa, debido a la existencia de numerosos prejuicios y estereotipos que siguen dificultando la plena integración de las personas con dificultad. Además, un 17% declara que no cree que su hijo pueda trabajar debido a su elevado grado de afectación. Con ello, obtenemos que el 78% de los padres no confía en que sus hijos con discapacidad puedan trabajar en un entorno normalizado en el futuro.
Según Myriam Ganado, coordinadora del programa Plan Familia de la Fundación Adecco y especializada en familias con discapacidad: “aunque se ha avanzado mucho en los últimos años, muchas empresas siguen defendiendo la no contratación de personas con discapacidad, a través de razonamientos bien construidos y argumentados. Normalmente, el trasfondo es la falta de experiencias previas y el desconocimiento de las capacidades de la persona con discapacidad. Por otra parte, también influye en este resultado la sobreprotección de muchos padres hacia sus hijos con discapacidad, que presuponen que éstos no pueden realizar ciertas tareas sin darles la oportunidad de demostrarlo, lo que sienta un precedente negativo de cara a su futura inserción laboral”.
Además de lo expuesto, es significativo que un 45% de los encuestados ya ha sentido estas barreras en el ámbito escolar de sus hijos, donde éstos: “no pueden participar en igualdad de condiciones en las actividades educativas de sus hijos”, al encontrar barreras de diversa índole. Las principales mencionadas por los encuestados han sido las barreras arquitectónicas, seguidas de las sensoriales y las psicológicas, que se traducen en la ausencia de concienciación o de personal de apoyo para atender las necesidades específicas de sus hijos.
BARRERAS ENTORNO EDUCATIVO (declaradas por el 45% de las familias con hijos con discapacidad)
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INCIDENCIA (%) |
Arquitectónicas (físicas, de movilidad)
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70% |
Sensoriales (dificultades para que sus hijos con discapacidades auditivas o visuales puedan comunicarse y/o participar en las clases en igualdad de condiciones)
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67% |
Psicológicas (ausencia de concienciación y/o personal de apoyo para atender necesidades específicas de los hijos).
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55% |
Fuente: Encuesta Fundación Adecco
6.000 euros anuales en terapias
Las familias encuestadas invierten una media de 6.000 euros anuales en terapias y tratamientos específicos para mejorar el desarrollo y calidad de vida de su hijo con discapacidad. Estas terapias son de muy diversa índole: cognitivas, conductuales, fisioterapias, del habla, ocupacionales… en las que el elemento central es muy variado, pudiendo ser el deporte, la equinoterapia, el ocio, los tratamientos farmacológicos, etc.
Sin embargo, se trata de una media y en ciertas discapacidades, sobre todo de tipo intelectual, la inversión acostumbra a ser mucho mayor. Así, según el informe de FEAPS El sobreesfuerzo económico que la discapacidad intelectual ocasiona en la familia en España, presentado en 2014, tener un hijo con este tipo de discapacidad supone para las familias una inversión de 24.237 euros anuales, una cifra que supone el 102% del salario medio anual en España (23.650 euros, según el ESADE).
Detrás de este sobreesfuerzo se encuentran, en gran medida, las terapias y tratamientos que el familiar con discapacidad recibe para lograr su bienestar y autonomía: el 91% de los encuestados afirma que su hijo recibe este tipo de terapias.
Según Myriam Ganado: “para ellos suele ser el dinero mejor invertido del mundo, ya que la mayoría (96%) declara que estas terapias están repercutiendo muy positivamente en la evolución de sus hijos, si bien nos encontramos con casos de familias a las que les gustaría invertir más recursos, pero no pueden permitírselo”. Concretamente, un 40% cree que las terapias que recibe su hijo son insuficientes y querría realizar más tratamientos si estuvieran a su alcance.
En ocasiones, estos apuros económicos vienen motivadas por las dificultades de las familias para conciliar su vida personal con la profesional. De hecho, el 38% de las familias con miembros con discapacidad se sustenta con un solo salario. “En muchos de estos casos, es debido a que uno de los cónyuges decide retirarse del mercado laboral para poder ocuparse plenamente de los cuidados que su hijo requiere”- afirma Ganado.
Nuevos valores
A pesar de las dificultades económicas y de conciliación que en ocasiones aparecen, el 92% de los encuestados asegura que tener un hijo con discapacidad le ha aportado valores hasta entonces desconocidos. Los más repetidos: empatía, capacidad para relativizar, fuerza de voluntad, tolerancia o amplitud de miras.
En esta tabla reflejamos el TOP 10, por orden de menciones:
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ACTITUDES APRENDIDAS A TRAVÉS DEL HIJO CON DISCAPACIDAD |
1 |
Empatía (mayor capacidad para ponerse en el lugar del otro) |
2 |
Capacidad para relativizar |
3 |
Fuerza de voluntad |
4 |
Tolerancia |
5 |
Amplitud de miras |
6 |
Paciencia |
7 |
Fortaleza y resiliencia (capacidad para sobrepronerse a los contratiempos) |
8 |
Solidaridad |
9 |
Espíritu de lucha |
10 |
Tolerancia y respeto hacia la diferencia |
La sensibilización, el primer paso
Las familias con miembros con discapacidad tienen claro que el primer paso para la lograr la plena inclusión de las personas con discapacidad, pasa por una mayor sensibilización a los diferentes agentes sociales.
Así, un 70% y un 62%, respectivamente, considera que es necesaria una mayor sensibilización en el entorno educativo y en el empresarial, para hacerlos más inclusivos.
Asimismo, un 55% demanda más ayudas económicas, en forma de menos costes en el acceso a determinados bienes y servicios.
Por su parte, otro 35% alude a la accesibilidad en el plano arquitectónico, que todavía tiene un gran camino por recorrer.
Fuente: Encuesta Fundación Adecco y Delphi
El Plan Familia Fundación Adecco
Consciente de las dificultades añadidas que atraviesan las familias que tienen a algún miembro con discapacidad y en línea con su compromiso social, la Fundación Adecco desarrolla, desde hace 14 años, el Plan Familia en 222 empresas colaboradoras.
Este programa se dirige a las personas que están más cerca de los trabajadores de las empresas con las que colabora la Fundación Adecco: sus familiares con discapacidad. Con ellos se trabaja principalmente en 5 áreas transversales: médica, social, educativa, formativa, de ocio y laboral, con el objetivo de preparar a los beneficiarios para el acceso al empleo.
Aunque su objetivo último es el empleo, el programa trabaja con personas con discapacidad desde edades prelaborales, consciente de la importancia de estas etapas para lograr una inserción laboral efectiva. Según Myriam Ganado: “no se puede abordar la búsqueda de empleo cuando la persona cumple 18 años si no se ha trabajado previamente con ella, ya que llegará a la edad adulta con muchas carencias para competir en el mercado laboral. Desde Plan Familia, enfocamos toda la atención en que la persona desarrolle valores y competencias clave para el empleo desde la infancia, accediendo a una formación que le garantice o aproxime lo máximo posible a un empleo futuro”.
Actualmente, ya existen 222 empresas las que desarrollan este programa, que da servicio a 1.398 beneficiarios con discapacidad.
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