Fundación SERES ha colaborado con McKinsey & Company en el desarrollo de la herramienta de medición del impacto de la creación de valor compartido ‘rsc2*’. Por este motivo, este 26 de enero, se han presentado en el IEB casos de éxito de empresas que ya han utilizado esta metodología.
‘rsc2*’ es una herramienta de medición del valor de las actuaciones sociales en las organizaciones, que permite clasificar y valorar los proyectos de RSC de manera que las empresas puedan seleccionar mejor sus actividades y evaluar sus resultados en términos económicos.
De este modo, permite analizar tanto el retorno económico y como impacto social de los proyectos en marcha como estimar el impacto de proyectos futuros y, así, priorizar entre las diferentes propuestas. El resultado de este trabajo es una metodología y unas herramientas asociadas estructuradas en torno al crecimiento, retorno del capital y gestión del riesgo y nueve palancas de valor.
Su objetivo principal es generar en las empresas un diálogo sobre la creación de valor de forma sistemática, de manera que se fomente el interés en desarrollar proyectos de valor compartido.
En el encuentro de este martes, el presidente de Fundación SERES, Francisco Román, ha dado la bienvenida a los asistentes y ha abierto la jornada haciendo especial hincapié en la importancia y necesidad de reflexionar sobre cómo ‘rsc2*’ puede influir en la toma de decisiones de inversores y ayuda a cuantificar el impacto de la creación valor compartido en la cuenta de resultados de las empresas y la captación de inversiones interna y externa.
En la bienvenida, Román ha estado acompañado por el director de Programas Especializados del IEB, Pablo Cousteau, y el socio director de McKinsey & Company, Tomás Calleja, según detalla Fundación SERES.
Por su parte, la directora general de Fundación SERES, Ana Sainz, ha abierto el bloque de las ponencias y ha puesto énfasis en «el proceso estructurado en el que trabaja Fundación SERES, para afianzar la medición y el diálogo sobre la creación de valor para sociedad y empresa. Y que de esta manera se promueva la gestión de más y mejores proyectos de valor compartido como ventaja competitiva para las empresas».
Por parte del IEB, el director de Programas de Banca Responsable de IEB, Jorge Medina, ha destacado en su intervención la importancia de los índices de sostenibilidad como herramienta de valor para todos los stakeholders de una compañía y, en ese sentido, ha manifestado que «las métricas de la RSC son cada vez más valoradas en la gestión estratégica de la industria financiera. Vamos hacia un nuevo modelo de negocio en las instituciones financieras, tanto a nivel de marco regulatorio como de protección al consumidor».
En este contexto, ha indicado que «dentro de la gestión estratégica de las instituciones responsables se enmarca la conciencia de la RSC en aspectos como la ética en las decisiones del día a día, en el gobierno corporativo y el impacto social de las empresas».
CASOS DE EXITO
Algunos casos de éxito de esta metodología de trabajo son los de BBVA, Enagás, y Vivergi. Así, el director de Reporting & Responsible Policies del área de Responsible Business de BBVA, Emilio Martín-More, ha insistido en la importancia de la sostenibilidad como un intangible generador de valor. «Para cerrar el gap entre lo financiero y lo sostenible es necesario vincular los KPIs sociales con los KPIs de negocio, identificando los aspectos materiales y las palancas a accionar para la creación de valor», ha detallado.
Por su parte, el gerente de Sostenibilidad y Medio Ambiente de Enagás, Carlos Ruiz, ha afirmado que «el grado de sostenibilidad de una empresa se mide por la capacidad de crear valor para sus grupos de interés en el corto, medio y largo plazo, a través del crecimiento de la acción y el dividendo, la generación de empleo, la reducción de emisiones de CO2, etc. Asimismo, cabe destacar que la metodología rsc2* permite objetivar los intangibles asociados a una inversión y monetizar los impactos identificados».
Por último, el director de Vivergi Social Impact Fund, Rodrigo Aguirre de Cárcer, ha añadido que «es imprescindible que las empresas que generan un impacto positivo en la sociedad o medioambiente midan dicho impacto de una manera clara, precisa y objetiva a la hora de levantar dinero de inversores sociales o fondos de impacto social como Vivergi».
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