En declaraciones a Europa Press, el director general de Forética, Germán Granda, ha hecho un balance «positivo» de 2015 en este campo pues, en su opinión, «se han manifestado de forma expresa grandes compromisos vinculados con la RSC, sobre todo con los ODS y con la Cumbre de París».
Por su parte, el coordinador del Observatorio de RSC, Orencio Vázquez, ha detallado que a nivel internacional se vive un momento «interesante y decisivo» en el que el foco está centrado en «la necesidad de incorporar a la empresa en los desafíos». «Dentro de ese acuerdo, lo que falta es el cómo», ha aseverado, al tiempo que ha insistido en que «la empresa busca la oportunidad» por lo que, a su juicio, «eso es lo que tiene que cambiar: que las empresas acaben pagando y tengan un castigo en caso de cometer infracciones».
Sin embargo, ha lamentado que, en este 2015, a nivel nacional, «expectativas no hubiera muchas así que todo ha ido según lo planificado». Así, ha destacado que «la mayor novedad ha sido el nuevo Código de Buen Gobierno» aunque, como ha matizado, «habrá qué ver cómo se refleja». Asimismo, ha lamentado que «no haya noticias» del Consejo Estatal de RSE «que no se convoca desde hace meses» y que tampoco se sepa «nada» de la implementación de la Estrategia Española de Responsabilidad Social de las Empresas.
«Se aprobó y ahí se aparcó. Toda estrategia tiene que contar con planes concretos para lograr sus objetivos y no se conoce nada. La sensación es que se hizo un trabajo que puede ser que acabe siendo un documento más y lo que no que faltan son documentos, lo que falta es acción. Esta fase está muy superada y faltan políticas concretas», ha detallado.
Por ello, de cara a 2016, ha pedido al futuro nuevo Gobierno «pasar del debate a la acción» para generar «un modelo de desarrollo sostenible y competitivo, a nivel social y ambiental, capaz de crear objetivos claros que se puedan medir».
En la misma línea, Granda ha lamentado que 2015 finalice con un Consejo Estatal que lleva «tiempo sin reunirse» y ha pedido «liderazgo» al futuro Gobierno para dotar a la Estrategia de «concreción». En cualquier caso, ha destacado «el despertar de la RSE a nivel local», con el desarrollo de compras responsables o indicadores de sostenibilidad, así como la creación de nuevas direcciones de RSC en Aragón y Comunidad Valenciana.
«Se han dado pasitos pero también hay que concretar. Ha sido un año con mucho trabajo interno, muy interesante y del que nos llevamos una gran impresión pero habrá qué ver cómo se materializan los compromisos adoptados a nivel nacional e internacional», ha aseverado.
Desde el Club de Excelencia en Sostenibilidad, su secretario general Juan Alfaro, ha asegurado que las grandes empresas «han seguido avanzando en responsabilidad corporativa este 2015» y ha citado la ‘Estrategia de Emprendimiento y Empleo Joven’; las actuaciones para impulsar la adaptación al cambio climático en el marco del Plan Pima Adapta o el Registro Nacional de Huella de Carbono, entre otros logros.
En palabras de Alfaro, «el discurso de la responsabilidad corporativa va calando también en dos frentes importantísimos: uno, en el de la responsabilidad corporativa como elemento de competitividad de las empresas, tanto de las grandes empresas, para quienes se ha convertido en un elemento sine qua non para operar en el mercado, como de las pequeñas y medianas, proveedores de aquéllas, y quienes han visto cómo la responsabilidad corporativa se ha convertido en un requisito indispensable en la cadena de proveedores».
«El segundo frente es el del posicionamiento estratégico de la propia responsabilidad corporativa ad intra: cada vez más empresas nombran un Chief Sustainability Officer, que depende directamente del Primer Ejecutivo de la compañía, y al que se elevan las cuestiones relacionadas con la materia al Consejo de Administración, la creación de una comisión delegada específica de responsabilidad corporativa, o subsumiendo tales responsabilidades en algunas de las comisiones ya existentes (Auditoría o Nombramiento y Retribuciones)», añade.
De cara a 2016, apuesta por seguir trabajando en aspectos como el gobierno corporativo, la transparencia o la inversión socialmente responsable «desde la perspectiva de la formación y la sensibilización, para ayudar a las empresas a adaptarse a los requerimientos legales, también en materia de reporting no financiero, y a las expectativas de todos sus grupos de interés, con especial foco en este caso en accionistas e inversores, que cada vez demandan más información al respecto», además de anunciar su adhesión al Pacto Europeo por la Juventud o una nueva edición del ‘Estudio Multisectorial sobre el Estado de la RC de la gran empresa en España’.
VALOR COMPARTIDO
Precisamente, la directora general de Fundación SERES, Ana Sainz, ha incidido en que «los últimos estudios sobre los comportamientos del consumidor revelan que la generación de los millenials no acepta empresas que no apuesten firmemente por el valor compartido» por lo que, en su opinión, «la pregunta es: ¿de qué forma cristaliza el compromiso de las empresas españolas para generar valor social?».
«Existe una necesidad mutua entre sociedad y empresa, es esencial crear una red conjunta para que ambas estén integradas en la estrategia de las compañías y así se conviertan en motor de cambio», ha indicado Sainz, que ha reiterado el compromiso de la Fundación, de las empresas que les respaldan y de sus equipos de «seguir haciendo esfuerzos para reducir la brecha social y crear valor compartido entre sociedad y empresa de una forma sostenible en el tiempo».
«Queda mucho por cumplir, pero sin duda hemos avanzado», ha reiterado, en alusión al II Estudio de Impacto Social de las Empresas, elaborado por Fundación SERES y Deloitte, en el que han participado 68 empresas de SERES, que representan alrededor del 20% del PIB del país. En 2014, las empresas analizadas han invertido de 438 millones de euros en actividades sociales, cuyas actuaciones llegaron a 11,7 millones de beneficiarios directos, lograron movilizar un 15% de sus plantillas, un total de 110.000 empleados, y realizaron en total más de 5.500 proyectos de actuación social, entre otros datos destacados.
Por último, la directora general de la Red Española del Pacto Mundial, Isabel Garro, ha subrayado que en este 2015 –en el que también ha hecho referencia a los ODS y a la COP21 «que ha evidenciado que las empresas tienen un gran recorrido para contribuir a la descarbonización»– el Pacto Mundial ha seguido «creciendo en firmantes y socios», por lo que se ha mostrado convencida de «los siguientes años sean de trabajo muy dinámico y motivador».
De cara a 2016, ha pedido que llegue «el anhelado Plan Nacional de Empresas y DDHH», al tiempo que ha apostado por mejorar en aspectos relacionados con la comunicación y la transparencia. «Eso incluye tener una actitud diferente hacia el concepto de transparencia: que se contemple como algo necesario, positivo y de cultura organizacional, sin connotaciones negativas», ha apostillado.
También ha pedido ser «más optimistas y conscientes» de los logros obtenidos en materia de sostenibilidad, además de «compatibilizar la consciencia de que queda mucho por hacer»
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