La inversión de las empresas en proyectos sociales se eleva a 438 millones de euros en 2014, el número de beneficiarios asciende a 16 millones, de los que más de 38.000 se han integrado laboralmente, y un total de 110.000 empleados se han involucrado en tareas de voluntariado, según revela el II Informe de Impacto Social de las Empresas de Deloitte y Fundación SERES.
El estudio, que analiza a 68 compañías –18 más que el año anterior– de las 120 que forman parte de la Fundación SERES, demuestra, según el presidente de esta entidad, Francisco Román, que la responsabilidad social es «estable», no responde a una «moda pasajera» y tiene «impacto real» por las necesidades sociales que atiende y el volumen de los proyectos.
Román ha subrayado que siete de cada diez de estas empresas tienen actuaciones de integración laboral con colectivos excluidos y ha destacado el «efecto de atracción» de inversión de otras empresas, administraciones y entidades sociales.
«Creemos que medir este impacto social y ponerlo de manifiesto es un elemento muy relevante para orientar los programas y que haya cada vez más», ha indicado el presidente de Deloitte, Fernando Ruiz, que considera que este tipo de estudios muestran de una forma «positiva» cómo las empresas, y no sólo las administraciones o las ONG, «son capaces de luchar contra la desigualdad y favorecer la inclusión de colectivos más desfavorecidos».
El informe agrupa el impacto social en cinco capitales: ‘económico’, que atiende a la inversión; ‘persona’, que son los beneficiarios; ‘organizacional’, que se refiere a los empleados que se involucran; ‘relacional’ o la colaboración otras empresas y organizaciones; y ‘social’, que muestra cómo influyen en la sociedad.
De los 438 millones de euros en actuaciones sociales, el 58 por ciento se ha concentrado en proyectos en España y el 42 por ciento restante en programas en el extranjero. De media, la inversión en España es un 40 por ciento superior, según ha explicado la directora general de Fundación SERES, Ana Sainz.
Estas 68 empresas han llegado a casi 16 millones de beneficiarios, entre los que destacan los colectivos de infancia y juventud (28%). Seis de cada diez empresas atienden a infancia y juventud y seis de cada diez atienden también a personas con discapacidad.
Integración laboral
En cuanto a los tipos de actuaciones que se realizan con los beneficiarios, Sainz ha señalado que el estudio demuestra que las empresas «no son ajenas a los que pasa en España» en cuanto a las necesidades básicas de los colectivos más vulnerables: seis de cada diez destinan sus proyectos a sanidad y educación, principalmente, y tres de cada diez a crear oportunidades de integración laboral.
Si se atiende al empleo, la inversión media dedicada este tipo de proyectos por las compañías analizadas en este estudio se eleva a 222.600 euros y han favorecido la integración, a 31 de diciembre de 2014, de más de 38.000 personas en plantilla, lo que supone un 6,3 por ciento de la plantilla de estas compañías.
Además, ocho de cada diez empresas implementan actuaciones de voluntariado dentro de su compañía y son capaces de movilizar al 15 por ciento de la plantilla en programas de RSE, lo que supone un total de 110.000 personas en programas sociales.
5.000 colaboraciones en más de 320 proyectos
En cuanto a la colaboración de organizaciones externas, durante 2014 estas 68 empresas han materializado más de 5.000 colaboraciones con entidades sociales, y de media han sido 91 colaboraciones por empresa, que han llegado a poner en marcha más de 320 proyectos.
La capacidad de las empresas de atraer inversión externa se materializa en que por cada euro han logrado más de un uno por ciento de inversión adicional. Esta inversión adicional proviene mayoritariamente de otras entidades, empresas, administraciones y fundaciones.
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