La Fundación Francisco Godia, que hasta ahora tenía su sede en la modernista casa Garriga Nogués, ha anunciado hoy su cierre tras quince años de funcionamiento.
En un comunicado hecho público esta mañana, la Fundación Francisco Godia, que en sus quince años de funcionamiento se había convertido en un referente del coleccionismo privado, hace «un balance positivo» de la labor realizada y anuncia que «a partir de ahora seguirá trabajando desde el ámbito privado en favor del reconocimiento de la importancia del coleccionismo».
Considera la Fundación que «a lo largo de estos años, ha puesto en valor la importancia del coleccionismo privado, dando a conocer al gran público colecciones y obras que habitualmente no se encuentran en los museos».
También subraya la rehabilitación de su sede, la casa Garriga Nogués, obra del arquitecto Enric Sagnier, que «ha contribuido así a enriquecer el patrimonio cultural de Barcelona».
Concluye agradeciendo el apoyo de empresas e instituciones, así como de su patronato, asesores, patrocinadores y medios de comunicación, y a los colaboradores que han participado en sus actividades.
Tras el cierre de la Fundación Godia, en la casa Garriga Nogués se instalará en régimen de alquiler la madrileña Fundación Mapfre, que de este modo contará con un espacio privilegiado para organizar exposiciones en Barcelona.
La Fundación Francisco Godia abrió sus puertas en la casa Garriga Nogués en noviembre de 2008 con una exposición de 250 obras de sus fondos, de maestros como Alejo de Vahía, Luca Giordano, Zurbarán, Sorolla, Casas, Picasso, Miró, Tàpies, Barceló o Magritte.
Liliana Godia, hija del que fuera empresario, coleccionista y deportista de fórmula 1 en los años 50 Francisco Godia, explicó entonces que la Fundación que lleva el nombre de su padre era «de las pocas de Europa y América con una representación de todos los períodos del arte, desde la Edad Media hasta el siglo XXI».
El cierre de la fundación abre el interrogante sobre cuál será el destino de la colección, integrada por 1.500 piezas de arte, con «tesoros» como la «Virgen de la Leche», atribuida a Llorenç Saragossa, la «María Magdalena» de Jaume Huguet, la «Piedad» de Alejo de Vahía, «En el hipódromo» (1899-1901), de Ramon Casas; «Bueyes y barca» (1908), de Sorolla; la decoración de Joaquim Mir para la casa Trinxet, de 1903; así como cuadros de Picasso, Miró, Tàpies y Barceló.
Los problemas económicos de Liliana Godia se agudizaron a raíz de su imputación por defraudar presuntamente 5,7 millones de euros a Hacienda junto con su marido y su primo.
En su comparecencia ante la juez del caso en julio de 2013, Liliana Godia se escudó en que su marido delegó en terceros su gestión tributaria, aunque se mostró abierta a pagar si se confirmaba que había habido errores.
El pasado mes de diciembre, Sotheby’s subastó en Londres uno de los cuadros de Liliana Godia, el óleo de Joaquín Sorolla (1863-1923) «Vuelta de la pesca. Playa de Valencia», que se remató en 2,32 millones de libras (unos 3 millones de euros).
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