¿Están adquiriendo un nuevo impulso los programas de responsabilidad dentro de las compañías? ¿Puede realmente la responsabilidad corporativa de una empresa cambiar las cosas? Los profesionales reunidos en el marco del coloquio ANIS-MSD “Responsabilidad Corporativa, de las palabras a los hechos”, y que ha contado con la participación de Forética (www.foretica.org) y la ONG ONAY- Organización Navarra para Ayuda entre los Pueblos (www.onay.org), han debatido estas y otras cuestiones. En este sentido, se ha puesto de manifiesto que la Responsabilidad Corporativa (RC) ha avanzado mucho a nivel internacional y en España y se ha consolidado en todos los niveles de la sociedad (ciudadanos, empresas, ONGs y administraciones públicas).
“El objetivo de la Responsabilidad Corporativa (RC) es conseguir una economía inteligente, sostenible e integradora. Estamos ante una manera de gestionar de manera responsable una empresa siendo conocedor del entorno en el que se opera y de las entidades y colectivos con los que se tiene relación. Esta consideración implica una anticipación y mejor gestión de los riesgos así como una fuente inagotable de oportunidades”, ha explicado Ana Herrero, directora de Proyectos y Servicios de Forética.
En la dimensión social, destacan temas como la diversidad, la empleabilidad, el voluntariado corporativo o la medición del impacto de las acciones sociales. Pero, ¿cómo es de importante la RC en las empresas que desarrollan su labor en el sector salud? Para Alipio Gutiérrez, presidente de la Asociación Nacional de Salud (ANIS, www.anisalud.com), “las empresas del sector salud tienen un especial compromiso con aquellos valores que hacen compatible el negocio con el desarrollo social, y qué mejor forma de contribuir a ese objetivo que velar por la salud de los pueblos, siendo garantía de riqueza, de desarrollo y de calidad de vida”. En su opinión, “es difícil imaginar una empresa de este sector que no muestre un alto grado de compromiso con la sociedad. Reinvertir una parte de esos beneficios en acciones de ayuda social aporta a la empresa credibilidad y reputación necesarias que la distinguen de aquellas otras que, pudiendo hacer lo mismo, no lo hacen”.
Este es el caso de MSD (www.msd.es). Como ha puesto de manifiesto Regina Revilla, directora ejecutiva de Policy, Communication & Corporate Affairs de MSD en España, “nuestra aspiración es contribuir a lograr cambios mediante la colaboración y las alianzas estratégicas en aquellos ámbitos que generen un impacto positivo en la vida de las personas, a la vez que se sigue desarrollando el negocio de manera sostenible. De esta manera crecemos todos”. Esta aspiración es común a todos los actores implicados, instituciones, ONGs, empresas o gobiernos, ya que, como explicó Revilla, “solos no podemos hacerlo”.
“Al hablar de RC, en MSD hablamos de realidades, con acciones que han contribuido, por ejemplo, a la erradicación de la oncocercosis en Colombia en 2013 y en Ecuador en 2014 a través de la donación íntegra del fármaco Mectizan®, o la reducción de la mortalidad maternoinfantil a través del programa MSD para la Madres (http://www.msdformothers.com/). Además, solo en el año 2013 hicimos contribuciones filantrópicas que alcanzaron los 1.860 millones de dólares. Todo ello, nos ha supuesto el reciente reconocimiento por parte de la Fundación de Naciones Unidas a nuestra política de RC”.
Una maternidad sin riesgo
A día de hoy se estima que alrededor de tres millones de mujeres en todo el mundo perderán la vida por complicaciones relacionadas con el embarazo y el parto en esta década, pese a que la mayoría de estas muertes se pueden prevenir.
MSD para las Madres es una campaña a nivel global que persigue el punto número 5 de los Objetivos del Milenio de la ONU, reducir en un 75% la tasa de mortalidad materna, a través de la colaboración con entidades, ONGs y gobiernos de todo el mundo. En el año 2012, MSD en España identificó a ONAY con su proyecto en la República del Congo “Una maternidad sin riesgo”, en el Hospital de Monkole, como ONG candidata a participar en el proyecto “MSD para
las madres” y a la que aporta el 10 por ciento de la contribución total que le otorga MSD a nivel global.
Tal y como aseguró Juan Arbulú, del área de proyectos de ONAY, “nuestro proyecto “Una maternidad sin riesgo” tiene por objetivo mejorar los conocimientos y las habilidades del personal sanitario especializado en cuidados maternales para que puedan prevenir, detectar o gestionar las complicaciones derivadas de los embarazos; implementar una red de cuidados de salud maternal en las áreas rurales y semi – urbanas de Kinshasa, centrada en el tratamiento de embarazos de riesgo, en la transferencia de emergencias obstétricas; y, en la prevención de la transmisión del VIH-SIDA de la madre al niño; y sensibilizar a los jóvenes en temas de cuidados prenatales, a través de un programa de salud adecuado a su perfil. Desde 2012 hemos contado con la colaboración de MSD a través del programa MSD para las Madres”.
Se trata de una iniciativa que con la ayuda de una gran empresa a día de hoy se han conseguido importantes logros. “Contamos con 24 maternidades implicadas; hemos formado a casi medio centenar de profesionales sanitarios; cerca de 8.000 mujeres asisten a consultas prenatales; hemos distribuido más de 10.000 dosis de sulfadoxina pare prevenir la malaria y, más de 16.000 dosis de hierro y ácido fólico para prevenir la anemia; y, hemos realizado más de 7.000 test de VIH en la República Democrática del Congo desde 2012 hasta la actualidad”, apuntó Juan Arbulú, quien insistió que “de manera puntual, informamos a las entidades que colaboran con nosotros sobre los logros alcanzados o en qué se ha invertido la donación realizada”.
Dimensión de la RC en la gestión empresarial
Para gestionar la RC, se necesita marcar unas prioridades. En el caso de MSD, “se centra en cuatro áreas fundamentales: acceso a la salud, ética y transparencia, sostenibilidad medioambiental y empleados. Dentro de este último punto estoy particularmente orgullosa de nuestro programa de Voluntariado, que ofrece 40 horas a cada empleado para colaborar con las iniciativas solidarias en cada comunidad en la que operamos”. MSD además publica una memoria anual de RC y ofrece toda la información sobre sus actividades en la web www.merckresponsibility.com.
Por su parte, Ana Herrero, destacó que el avance de la RC en el desarrollo de la gestión empresarial se divide en cinco áreas temáticas: desarrollo de un buen lugar de trabajo, incorporación de los factores sociales y ambientales en la cadena de valor de la empresa, inversión e implicación en la comunidad, protección del medio ambiente y ética y buen gobierno. Asimismo, apuntó que “en España, recientemente se ha aprobado la Estrategia Española de Responsabilidad Social de las Empresas que sienta las bases y las acciones a llevar a cabo en el periodo 2014-2020 por parte de empresas, administraciones públicas y el resto de organizaciones para avanzar hacia una sociedad y una economía más competitiva, productiva, sostenible e integradora”.
Empresas y ONGs, una colaboración necesaria
Además, durante el coloquio, los participantes pusieron de manifiesto la necesaria y fructífera colaboración que pueden mantener las grandes empresas con las ONGs. Sobre este punto, Juan Arbulú explicó que “entre todos se puede contribuir y servir al interés general mediante la cooperación y el desarrollo económico social y educativo-cultural de las personas más desfavorecidas”. En su opinión, “colaborando de manera conjunta se consigue dar respuesta a menos a una parte de las necesidades fundamentales en los campos de la formación, educación, empleo, promoción, salud, etc.”.
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