Son seis los años que Covirán y Cáritas van de la mano en una experiencia interesante y productiva: formar personas con dificultad para incorporarse al mundo laboral y fomentar su contratación, tanto en la propia Cooperativa como en sus supermercados. Los buenos resultados obtenidos han suscitado el interés de varios integrantes de una red de apoyo transfronterizo, avalada por la Unión Europea y su fondo Social Europeo, formada por las diócesis rayanas de Salamanca, Coria-Cáceres, Mérida-Badajoz y Beja. Uno de los aspectos que interesa es mejorar la empleabilidad y la movilidad de ciudadanos portugueses y españoles en ambos países, y por ello se viene reflexionando sobre las políticas, acciones y metodologías de empleo, intentando consensuar un modelo compartido.
El enfoque de la visita ha sido sobre todo participativo, ya que el objetivo era conocer de primera mano la experiencia de estos alumnos y sus expectativas. Y es que en estos momentos, la cooperativa de supermercados está impartiendo el programa Formación en el Puesto de Trabajo, y son diez los alumnos que están recibiendo un curso de “Atención al Cliente, Consumidor o Usuario” en la sede de Covirán, impartido por un equipo compuesto por trabajadores de la Cooperativa, expertos en la materia. Otro grupo, con diez alumnos más, está recibiendo la formación “Gestión de Punto de Venta. Especialistas en Frescos” en la sede de la Escuela de Comercio Covirán, con un taller específico.
Esta formación, amparada por el fondo Social Europeo, destinada a fomentar el empleo tiene un marcado carácter integral, y está destinada a mejorar las competencias personales y profesionales de los participantes provenientes del programa de empleo de Cáritas. Los talleres y cursos impartidos en Covirán combinan el aprendizaje de un oficio con la adquisición de habilidades sociales y laborales y talleres prácticos.
Esta cooperación entre Covirán y Cáritas supone una herramienta fundamental para la inserción laboral de numerosos colectivos, y adquiere mayor relevancia cuando tenemos en cuenta que las personas que se dirigen a los servicios de empleo de Cáritas, están en riesgo de exclusión social.
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