El programa de ‘Campus Inclusivos. Campus sin Límites 2014’ de la Fundación ONCE y Fundación Repsol –con la colaboración del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte–, han concluido esta semana, en concreto, el pasado 8 de septiembre, tras haber acogido durante los meses de julio y septiembre a un total de 112 estudiantes, de los cuales 69 padecían discapacidad.
Los campus, que se han celebrado en las universidades de Murcia, Salamanca, Valencia (y la Politécnica de Valencia), Málaga, Granada y Navarra, han supuesto en esta tercera edición, con relación a las anteriores, el aumento de la duración de los programas y la incorporación por primera vez de jóvenes sin discapacidad con el fin de «poner de relieve el carácter inclusivo».
La Comisionada para Universidad, Juventud y Planes Especiales de la Fundación ONCE, Isabel Martínez Lozano, ha indicado, en declaraciones a Europa Press, que este programa nace con el objetivo de «echar una mano en reducir la tasa de abandono escolar temprano» entre los jóvenes con discapacidad. En este sentido, ha recordado que mientras que la tasa de abandono en la población general es del 23 por ciento, la tasa de abandono entre los estudiantes con discapacidad alcanza el 53,8 por ciento.
«Más de la mitad de estudiantes que llegan a secundaria no pasan de secundaria, y eso es un déficit importante para un colectivo que necesita estar más sobrecualificado para tener las mismas oportunidades en el mercado laboral que el resto», ha subrayado.
Por ello, año tras año la Fundación ONCE busca, a través de estos campus, que las universidades se comprometan y trabajen en la eliminación de barreras físicas y sociales que posibiliten a las personas con discapacidad acceder en condiciones de igualdad a la educación superior.
En esta línea, la directora del área de educación y Formación de Fundación Repsol, Pilar Rivera Vizcarrondo, destaca que esta institución entiende que «la educación es un espacio de igualdad de oportunidades donde lo más importante es la actitud, el esfuerzo, el talento y no tanto las circunstancias físicas o personales». Por ello, detalla que, a través de estos programas, «apoyamos y promovemos la inclusión en la sociedad de las personas con discapacidad en todos los ámbitos de la vida».
En el mismo sentido, Martínez añade que este programa favorece que universidades y rectores «se involucren en el objetivo de la impulsión y adaptación» de sus centros. «Es una forma de que se vean en su propio espejo y valoren cómo están adaptadas y qué les falta –ha indicado–. A raíz de estos encuentros hay universidades que han hecho adaptaciones y han reforzado su compromiso, en un momento en el que aumentar recursos es difícil».
La Comisionada ha explicado que este programa rescata a estudiantes con discapacidad que de otra forma no habrían acudido a la universidad y se habrían quedado por el camino. Así, ha asegurado que, tras pasar por los campus inclusivos, «prácticamente todos han ido a la universidad, y todos se plantean que quieren seguir estudiando».
A lo largo de estos meses, los jóvenes han podido combinar actividades académicas con otras de ocio con el fin de que «descubran la universidad como un espacio en el que no sólo se estudia». Así, los estudiantes han podido conocer desde dentro los campus, las clases, las asignaturas de diferentes carreras y también las diferentes funciones de cada una de ellas puesta en práctica (la escenificación de un juicio en Derecho o disecciones en Medicina). Las Universidades se han encargado de presentar de forma atractiva los programas a los que podrían acceder si se matriculan en alguna de esas carreras.
«Es muy importante sensibilizar a la sociedad e impulsar medidas que favorezcan la integración», afirma por su parte la portavoz de Repsol. «Por eso formamos parte de este proyecto de Campus Inclusivos, que nos permite avanzar en ese objetivo de impulsar que este colectivo pueda acceder de una forma normalizada a la formación universitaria. Con estos campus, el entorno universitario puede conocer las necesidades de los estudiantes con discapacidad, de manera que las universidades promuevan la adecuación de sus sistemas, métodos y materiales educativos a dichos estudiantes, facilitando el desarrollo de su talento y su creatividad y su plena adquisición de competencias», precisa.
En este punto, recuerda que «Campus Inclusivos forma parte de un programa más amplio, Formación sin Límites, promovido conjuntamente por Fundación Repsol y Fundación ONCE, que comenzó en 2010 y cuyo fin último es promover el acceso de las personas con discapacidad a la formación superior en condiciones de igualdad de oportunidades, de manera que tengan una preparación adecuada, contribuir a la sociedad y estar plenamente integrados en ella».
ANTIGUOS ALUMNOS
Por otro lado, la Fundación ONCE está trabajando en la creación de una red de antiguos alumnos de los Campus Inclusivos, que lanzarán una vez finalizada esta edición, y que sirva para dinamizar, motivar, intercambien experiencias y mantener el contacto entre excompañeros y la Fundación ONCE. Para ellos, se creará un dominio para que los estudiantes puedan estar en contacto a través de Internet, que suponga un espacio donde puedan plantear dudas, problemas y compartir experiencias.
Martínez ha reconocido que para la mayoría este programa es algo muy «interesante y rompedor». «Se dan cuenta de que pueden ser autónomos, que pueden salir fuera de casa y estudiar, y todo eso les anima mucho», ha concluido.
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