«Ésta es la mayor revolución en la banca en los últimos 25 años, descontando las fusiones», según José Ignacio Goirigolzarri, consejero delegado del BBVA, que intervino en una reunión con varios directivos de la entidad.
El BBVA dio una vuelta más a su estructura, para hacerla más ágil, cercana al cliente y sin tantos compartimentos estancos, la obsesión de todos los banqueros.
La entidad presidida por Francisco González anunció una nueva división de los negocios, con dos grandes troncos. Todo lo relacionado con los particulares dependerá de Vicente Rodero, mientras que la banca de instituciones, la corporativa y la de empresas, que ahora están separadas, se agruparán bajo la responsabilidad de Juan Asúa. Éste contará con 275 oficinas, frente a las 222 actuales.
A la vez, cambiará la división de España y, en lugar de 11 regionales, se crearán 7, lo que producirá un excedente de 750 puestos de trabajo que serán amortizados «a través de prejubilaciones», según la entidad. Para tener más capacidad de venta, se incorporarán 1.000 profesionales, al menos durante dos años. La entidad cree que la nueva estructura tendrá un impacto positivo en el cliente y asegura que le da más capacidad de decisión al director de oficina, con una estructura más ágil.
La mayor regional por créditos será Cataluña, seguida de la de Centro (Madrid, Castilla-La Mancha). Sin embargo, en ahorro captado, la primera es Centro, seguida de Norte (País Vasco, Navarra, Cantabria, La Rioja y Aragón) y Noroeste (Galicia, Asturias y Castilla y León).
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