Los trabajadores del Centro de Investigación y Tecnología (CIT) de ENCE se concentraron ayer delante de la entrada de la fábrica de Lourizán (Pontevedra) para tratar de paralizar el proyecto del grupo pastero de llevar a cabo una reestructuración que implicará el cierre de la instalación y el despido de los empleados.
Los manifestantes aseguraron que la empresa "quiere cerrar el CIT pese a que fue un centro puntero, tanto a nivel forestal como tecnológico, para dar servicio a las fábricas". En este sentido, concretaron que ENCE ahora argumenta que "no es viable", justo cuando "más dinero ganan gracias al esfuerzo hecho en investigación".
En esta primera movilización, que estuvo protagonizada sólo por los trabajadores del CIT, uno de sus portavoces, José Carlos Soto, pidió la implicación de los políticos en defensa de sus puestos de trabajo y, sobre todo, "la solidaridad del resto de los compañeros del grupo".
Así, reclamó a sus compañeros de otras áreas que les apoyen puesto que también son trabajadores de ENCE y, aunque ellos "lo vean ahora un poco más lejano" también tendrán que implicarse porque estos recortes van a alcanzar a todos", aseguró Soto. Por su parte, el secretario comarcal de CC OO, José Luis García Pedrosa, destacó el "futuro incierto del resto de los trabajadores del Grupo ENCE".
"La situación cada vez se pone peor", por lo que García Pedrosa apuntó que se está cumpliendo lo que ya habían dicho, e incluso "a más velocidad de lo que creían". Esto significa, a su juicio, que la empresa "tiene solución para sus necesidades de producción" y quienes tienen un futuro incierto "son los trabajadores", declaró García Pedrosa.
Para este sindicalista, en la nueva cúpula empresarial del Grupo ENCE existe "un claro reparto de poder entre el presidente Arregui y los Albertos", de quienes depende el consejero delegado que se encarga de "deshacerse" de las empresas menos rentables y las hace "atractivas" para luego sacarlas al mercado en venta.
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