La compañía OMIM Navarra SL, que se dedica a la fabricación de componentes para electrodomésticos y está ubicada en el polígono industrial de Rocaforte (Sangüesa), dejó ayer sin empleo a 21 de sus 74 trabajadores tras haber consensuado un expediente de extinción de contratos (ERC) con el comité (3 de ELA y 2 de UGT).
La empresa, que suministra evaporadores para frigoríficos destinados a las cadenas de montaje de la alemana BSH y la guipuzcoana Fagor, es propiedad de la multinacional germana Drahtzug Stein, que la adquirió el pasado 1 de abril al grupo italiano Wire Industries, incluido en OMIM Group.
No obstante, la planta inició su actividad de producción en 1999 merced a las negociaciones de la sociedad pública Sodena con la propia BSH para su instalación en la Comunidad Foral como proveedor de la fábrica de Esquíroz. Fue necesaria una inversión de 4,61 millones de euros y se generaron 60 empleos. Posteriormente, en 2002, se captó como cliente a Fagor, por lo que se realizó una ampliación para duplicar la capacidad productiva que requirió otros 4,8 millones de euros y se estimó un aumento de plantilla hasta los 100 trabajadores, el 45% de ellos mujeres, y un alza de la facturación hasta los 8 millones de euros.
Los motivos por los que la dirección de OMIM Navarra pidió inicialmente el despido de 23 trabajadores se debe a la caída prevista de las ventas en un 30% durante 2006. Según ha podido conocer este periódico, la multinacional BSH, que representa el 80% de la facturación anual, solicitó "una disminución de precios de más de dos dígitos porcentuales" basándose, según argumentó la dirección de OMIM, "en la existencia de un proveedor asiático homologado y con precios más baratos".
Más aún, la dirección de la empresa de Sangüesa cree que "la disminución de pedidos debe considerarse permanente y sin posibilidad de recuperación" y, en este sentido, razona su descenso "por la introducción en el mercado, por parte de nuestros clientes, de los nuevos frigoríficos no frost , en cuya tecnología no tiene cabida el evaporador fabricado por OMIM".
Finalmente, los sindicatos ELA y UGT, tras haber consultado a la plantilla, firmaron con la dirección el acuerdo de extinción de contratos que afectará a 21 trabajadores en lugar de los 23 solicitados por la empresa. Los afectados percibirán una indemnización de 32 días por año trabajado.
Tras haberse presentado voluntarios 7 empleados, los demás han sido seleccionados en función de unos criterios incluidos en el acuerdo consensuado entre la dirección y los sindicatos.
Así, en primer lugar se hace referencia al nivel de presencia o proporción de horas de asistencia entre el 1 de enero de 2005 y el 30 de junio de 2006. Como segundo criterio se esgrime la antigüedad en la empresa, que se completa con la productividad y actitud del empleado hacia el trabajo y, finalmente, el último punto es un ajuste subjetivo.
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