La Federación Europea de Metalúrgicos (FEM) acordó ayer oponerse al cierre de plantas o los despidos con carácter irreversible en Airbus y pedir a la dirección de la empresa una reunión para tratar la crisis.
La decisión se adoptó en un acto en el que participaron representantes sindicales de los cuatro países que forman parte de Airbus: Alemania, Francia, Reino Unido y España, además de Bélgica y Holanda, sedes de empresas subcontratistas.
El secretario de Política Sindical de UGT, Carlos Romero, dijo a EFE que la FEM decidió pedir a la dirección de EADS-Airbus una reunión "para tener información de primera mano" sobre los planes de la empresa "y partir de ahí fijar la posición común".
En todo caso "nos vamos a oponer a que las consecuencias de esta crisis coyuntural supongan medidas irreversibles para el empleo en el conjunto de la UE", añadió.
En la reunión se acordó crear "para mediados de diciembre una plataforma común de todos los sindicatos nacionales para tener una posición conjunta frente a la dirección de EADS-Airbus y a partir de ahí (…) iremos fijando posiciones", indicó Romero.
Por su parte, el secretario internacional de la Federación Minerometalúrgica de Comisiones Obreras (CCOO), Antonio Camacho, señaló que la cita sirvió para "contrastar las diferencias" entre los países afectados y adoptar el compromiso de que la FEM lidere la respuesta.
"Hemos llegado a conclusión de que no podemos responder país por país porque eso sería ceder y que la empresa consiguiese el objetivo de dividirnos y poner en marcha una reestructuración que no se justifica bajo ningún concepto", añadió.
Camacho consideró que los países que pueden verse más afectados por la crisis son Francia y Alemania, pero reconoció que los sindicatos españoles están "profundamente preocupados por lo que pueda ocurrir en nuestros centros de trabajo".
"Vemos que existe intención clara por la dirección de aprovechar la situación para reestructurar e incrementar la externacionalización de la producción", lo que no merece "una empresa que ha de tener unos valores sociales", consideró.
Sobre la decisión de Airbus de comenzar a fabricar componentes en China, señaló que existe una "gran preocupación" e indicó que los sindicatos harán "todos los esfuerzos para demostrar que no se justifica y que estamos en condiciones de producir con mayor calidad y a un coste razonable".
Aunque nunca se podrá competir en costes salariales con ese país, trasladar una industria de alta tecnología a un Estado donde existen esas condiciones laborales y no se respetan los derechos de los trabajadores es "traicionar el modelo social europeo", opinó.
Por otro lado, el secretario general de la FEM, Peter Scherrer, indicó en un comunicado que los sindicatos están comprometidos a defender "un enfoque europeo y solidaridad entre los trabajadores" afectados y advirtió de que "no aceptarán ningún cierre de fábricas y subsiguientes pérdidas masivas de empleos".
"El paso siguiente de la FEM y las organizaciones que la integran será la creación de una plataforma sindical" para debatir en el futuro sobre la crisis, indicó.
Las demoras en el Airbus A-380 pueden afectar al empleo de unos 30.000 trabajadores de empresas auxiliares del sector aeronáutico europeo, además de los empleados de la casa matriz en España.
Airbus cuenta con tres plantas españolas -en Getafe (Madrid), Illescas (Toledo) y Puerto Real (Cádiz)- en las que trabajan cerca de 3.100 personas.
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