La unidad de telefonía móvil de la taiwanesa BenQ en Alemania cerrará definitivamente después de fracasar en el intento de encontrar un inversor capaz de salvar el negocio, anunció una portavoz del grupo en Alemania, Regine Petzsch.
BenQ solicitó la protección de la legislación de quiebras en septiembre para afrontar la presión de sus acreedores. Esta decisión fue adoptada apenas un año después de que la compañía taiwanesa asumiera el control de la actividad y se desligara de los proyectos conjuntos con Siemens para reflotar la empresa.
Superado el plazo para la presentación de ofertas, establecido en el 31 de diciembre, el administrador Martin Prager ordenará el cierre de las oficinas de BenQ en Munich y de su planta de producción en el Oeste de Alemania.
En todo caso, el representante de los trabajadores, Michael Leucker, consideró aún posible la aparición de un comprador capaz de salvar la empresa y dijo que él mismo había estado en contacto con un inversor germano-estadounidense interesado en la compra de la fábrica y en el mantenimiento del empleo.
De los 3.000 trabajadores de BenQ, cerca de 400 han encontrado un empleo, algunos de ellos en Siemens, mientras que los 2.600 restantes tienen derecho al cobro de sus salarios durante un año desde la firma de un acuerdo de transición.
Los comentarios están cerrados.