El intento frenético de hacer cuadrar las cifras por parte de los responsables de la gestión económica de los hospitales está obligando a denegar a muchos pacientes operaciones y terapias básicas, según denuncian hoy varios medios británicos.
Según fuentes británicas, hoy los hospitales del condado de Yorkshire han sido advertidos de que no se les reembolsarán los gastos en los que puedan incurrir por intervenciones que no se consideren absolutamente esenciales.
Decenas de 'trusts' (responsables de la gestión económica) han recurrido al expeditivo método de eliminar camas en los hospitales de ellos dependientes mientras se informa de que en muchos de ellos los pacientes tienen que esperar un mínimo de dos meses antes de que puedan acudir a una cita con el médico.
También se han suspendido en algunos casos operaciones tan básicas como la extracción de las muelas del juicio, radiografías de la espalda, artroscopias de la rodilla o terapias para eliminar varices.
Mientras tanto, documentos del propio Servicio Nacional de Salud filtrados a la prensa predicen una escasez de médicos de cabecera y de enfermeras de aquí a cuatro años, pese a lo cual los hospitales van a verse obligados a despedir a buena parte del personal sanitario actual.
Según ese documento, para el año 2011, faltarán 1.200 médicos de medicina general, 14.000 enfermeras y 1.100 médicos en prácticas mientras que otros 16.000 profesionales de la salud como fisioterapeutas, técnicos no podrán seguir recibiendo sus pagas.
Pero ya para este año que comienza se prevé una reducción de la fuerza de trabajo de un 2,7 por ciento, lo que equivale a eliminar cerca de 37.000 empleos.
El documento, visto entre otros por la BBC, señala, entre otras cosas, que el salario de las enfermeras deberían dictarlo las fuerzas del mercado local, y que puede utilizarse el desempleo para "presionar esos salarios a la baja".
Entre otras cosas se propone recurrir más a las subcontratas y a los contratos de corta duración, así como a una nueva categoría de especialistas menos cualificados.
El presidente de la Asociación Médica Británica (BMA), Jonathan Fielden, criticó estas propuestas porque no reconocen el derecho de los pacientes al tratamiento más especializado.
Por su parte, el sindicato Unison advirtió de que sus miembros resistirán cualquier intento de rebajar los salarios del personal auxiliar sanitario.
La Asociación Médica Británica advirtió, por otro lado, de que el sistema de financiación de las universidades que prima la investigación y desarrollo en detrimento de la formación de nuevos médicos supone un peligro para la continuidad del sistema de salud.
Las actividades de investigación resultan actualmente más lucrativas para las facultades de medicina que la formación de médicos jóvenes.
"Todo esto ocurre en momentos en que se un número creciente de estudiantes ingresan en las facultades. Es una situación que no puede continuar", se quejó el profesor Michael Rees, uno de los directivos de la BMA
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