El consejero director general de Nissan Motor Ibérica, José Vicente de los Mozos, mostró ayer su sorpresa por el elevado porcentaje de jóvenes que dejan la compañía a los pocos días de incorporarse a la cadena de montaje. "En los países en desarrollo, se valora más el trabajo en una gran multinacional", aseguró De los Mozos. De los 1.700 nuevos puestos de trabajo, 789 se han convertido en indefinidos.
Estos empleados entran en la empresa cobrando alrededor de unos 1.400 euros brutos al mes, un 25% menos que los operarios básicos ya en plantilla, con los que se equiparan en cuatro años. Al cierre del 2006, la compañía contaba con 6.825 empleados en España.
El aumento de la plantilla se ha producido gracias al incremento de la producción, hasta el nivel récord de 183.000 unidades en el 2006, y a una reducción de los costes de producción del 31%. Una vez conseguido ese objetivo, la dirección se plantea reducir otro 12% en tres años junto con una rebaja de los costes y del precio que cobran los proveedores de alrededor del 6% en un momento en el que Barcelona ha ganado posibilidades en el concurso interno para adjudicarse la producción de una nueva furgoneta.
Una pieza clave en esa estrategia es la integración de los proveedores junto a la cadena de montaje (en la que ya hay 12 fabricantes) y un aumento del aprovisionamiento de países de costes bajos, en los que la planta catalana compra ahora el 26% de sus piezas. Este año incorporará a proveedores de la India y anima a los suministradores españoles a trasladar la fabricación de ciertos componentes a países en desarrollo.
AMENAZAS
La mejora de la rentabilidad de la planta de la Zona Franca "ha mejorado la imagen" ante la dirección mundial de Nissan en Japón, que a mediados de año anunciará dónde se fabrica el nuevo modelo, según el alto directivo español. "Ahora estamos en el pelotón. Antes estábamos fuera", aseguró De los Mozos. La factoría catalana produjo en el 2006 un total de 184.270 vehículos –que incluyen los últimos Terrano, que se dejó de fabricar en noviembre– tiene una capacidad máxima de 200.000 unidades.
Entre las amenazas se encuentra la fortaleza del euro, que resta competitividad a las exportaciones, así como una fábrica de Tailandia en la que se empezará a producir el todoterreno Pathfinder en competencia con Barcelona.
ANTONI FUENTES
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