La farmacéutica Pfizer recortará 545 empleos por el cierre de una de sus plantas en Irlanda, cerca de la cuarta parte de su plantilla en el país, anunció la compañía.
El anuncio se produce dos semanas después de que la compañía anunciara recortes de 10.000 trabajadores y el cierre de cinco plantas internacionales hasta 2009, y ha incrementado los temores en Irlanda, que en la pasada década se convirtió en el objetivo de numerosas inversiones multinacionales, pueda sufrir un incremento del desempleo.
El vicepresidente de operaciones de fábrica de la compañía en Irlanda, Terry Lambe, dijo que parte de la planta, que está situada en el Condado de Cork, en el complejo de Ringaskiddy, será cerrada a finales de este año con la pérdida de 65 empleos.
Lambe habló de redirigir a parte de los 2.200 empleados de la farmacéutica en el condado y señaló que dos plantas del complejo de Ringaskiddy podrían cerrar hasta 2009, lo que pondría en riesgo 480 empleos más.
Sin embargo, la compañía y el ministro de Empleo británico, Michael Martin, señalaron que esperaban encontrar otra compañía que adquiriera dichas plantas y retuviera al menos parte de la plantilla de las mismas. El hecho es que numerosas farmacéuticas mantienen plantas en Cork, con lo cual se trata de una salida viable.
'Estos son tiempos difíciles para los trabajadores y sus familias', aseguró el ministro. 'La prioridad del gobierno es salvar estos 480 empleos a través del apoyo a Pfizer para que asegure la venta de estas fábricas', agregó.
Tras los recortes, Pfizer espera retener al menos cuatro de sus fábricas en Ringaskiddy y Dun Laoghaire, en el sur de Dublín. Lambe mencionó la decisión de Pfizer de dejar de fabricar su tratamiento contra el colesterol Torcetrapib tras el fracaso de varios ensayos clínicos, y apuntó esta causa como el principal impacto sobre la futura capacidad de demanda de Irlanda.
El pasado 22 de enero, la farmacéutica Pfizer anunció que recortaría 10.000 empleos, cerca del 10% de su plantilla total, de aquí a finales de año con el objeto de reducir unos 2.000 millones de dólares (1.544 millones de euros) en costes anualmente.
Se trata de la segunda reestructuración de la farmacéutica norteamericana en dos años, motivada por las pérdidas derivadas de la finalización de patentes y de la feroz competencia procedente de los medicamentos genéricos.
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