"Hemos alcanzado una posición común, y es que queremos que Alemania y Francia sigan siendo los pilares fundamentales de este proyecto", señaló Merkel en una rueda de prensa conjunta, tras su reunión en el Palacio de Meseber, la nueva residencia para invitados del gobierno situada al norte de Berlín.
La canciller subrayó que se trata de un mensaje de carácter "político" y no empresarial, pero insistió en que la reestructuración social y tecnológica debe producirse de forma equitativa.
A la pregunta de si podía precisar qué significaba esto en la práctica, Merkel señaló que, además del reparto de los sacrificios laborales que implica el saneamiento, ambos países se han propuesto mantener un reparto tecnológico equilibrado, el principal escollo entre ambos en las negociaciones que se están llevando a cabo.
"Por eso hemos determinado que, en términos de empleo y tecnología, debería haber una distribución perfectamente equilibrada de las consecuencias [de los planes de reestructuración de Airbus]", indicó por su parte Chirac.
Principios básicos
"La empresa es quien ha de decidir, quien debe decidir y quien asumirá la responsabilidad de lo que decida. Eso sí, habrá siempre de respetar los principios básicos", reiteró el presidente francés. Esto significa, puntualizó, que no habrá "despidos forzosos y no habrá cierres de plantas sin alguna organización o compensación".
El plan de reformas de la filial de Airbus podría suponer el cierre de 10 sedes de la empresa en toda Europa, de las cuales una podría estar situada en España (Puerto Real, Cádiz), según informó 'Les Echos'. Alemania y Francia serán probablemente los países más afectados por los recortes llevados a cabo.
Sobre el caso alemán, las especulaciones en los medios alemanes de situaban la cifra de trabajadores potencialmente afectados entre los 3.500 y los 5.000. Sin embargo, fuentes políticas del Parlamento alemán indicaron la cifra de unos 3.500.
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