SAS, empresa proveedora de Seat desde hace doce años, cerrará su planta de Abrera (Barcelona), que emplea a unas 300 personas, después de que la filial de Volkswagen haya decidido adjudicar el salpicadero del nuevo Ibiza, que se empezará a producir en 2008, al grupo Peguform.
Las direcciones corporativas de SAS -una 'joint venture' de Faurecia y Siemens- y Seat se reunieron ayer para acordar los detalles de la extinción anticipada del contrato de suministro de material, que se hará efectivo una vez finalizada la jornada laboral de este viernes, según han informado a Efe fuentes de la compañía.
El nuevo adjudicatario, que también asumirá la producción del salpicadero de los actuales Ibiza y Córdoba, ha duplicado su plantilla en los últimos meses en el centro situado en el interior de la planta de Seat en Martorell (Barcelona), y aprovechará la próxima semana, declarada de parón en este centro, para adaptar su fabricación a los nuevos pedidos.
La plantilla de la planta de SAS en Abrera está controlada por CGT (seis delegados), CCOO (cuatro representantes) y UGT (tres miembros); tiene unas condiciones de trabajo y unos derechos laborales que están por encima de los del convenio colectivo del sector; y en el pasado ha convocado movilizaciones que han planteado problemas de suministro a Seat en repetidas ocasiones.
Asimismo, Peguform ha contratado al nuevo personal a través de una Empresa de Trabajo Temporal (ETT) y con sueldos fijados por el convenio sectorial, con lo que ha conseguido ajustar al máximo sus costes laborales y ofrecer al mismo tiempo un precio muy competitivo a Seat.
Después ha formado con discreción al nuevo personal en una carpa instalada en su fábrica de Sant Esteve Sesrovires (Barcelona), según han detallado fuentes sindicales.
Unos cien trabajadores de SAS se manifestaron ayer para protestar por este cierre del centro de Abrera (Barcelona), que no ha sido comunicado todavía de forma oficial por la multinacional.
La Guardia Civil impidió que los manifestantes se acercasen a la puerta principal de la planta de Seat en Martorell, que ayer recibió la visita del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el presidente de la Generalitat, José Montilla, y el ministro de Industria, Joan Clos, entre otras autoridades.
Ante la imposibilidad de protestar a las puertas de la filial de Volkswagen, los manifestantes cortaron uno de los laterales de la autovía A-2.
Un conductor llegó a las manos con uno de los trabajadores de SAS, que ha sido detenido por la Guardia Civil y trasladado a la Comandancia de Sant Andreu de la Barca (Barcelona) para tomarle declaración.
Tras este suceso, la marcha se dirigió hacia el ayuntamiento de Abrera, donde los representantes de la plantilla fueron recibidos por el alcalde de la localidad, Félix Chico.
El alcalde se ofreció a ayudar a la plantilla en todo lo posible, según han detallado fuentes sindicales presentes en el encuentro.
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