La directora general de Alcatel-Lucent, Patricia Russo, asegura que no cederá en la supresión de los 12.500 empleos anunciados por el grupo franco-estadounidense, aunque está dispuesta a discutir cómo se hará.
'No prevemos cambiar el número global de 12.500 supresiones de puestos (…) Pero discutiremos las modalidades de su aplicación', señala Russo en una entrevista publicada hoy por 'La Tribune'.
La directora general presidió el viernes el comité de empresa europeo celebrado en París para abordar el plan de ajuste, que supondrá reducir la plantilla en 4.500 personas en el Viejo Continente, un día después de que se organizara también en la capital francesa una manifestación europea contra ese plan a la que asistieron más de 3.000 personas.
Preguntada sobre esa movilización, dijo entenderla porque 'es humano' pero a continuación advirtió contra la continuación de las protestas porque 'a largo plazo podría perturbar la buena marcha de la empresa', que no tiene tiempo que perder dada la fuerte competencia y la coyuntura difícil del sector.
Reiteró la pertinencia de la reestructuración para tener una 'estructura de costos competitiva' frente a esa competencia.
'Había demasiadas plataformas, no sólo por la fusión (de Alcatel y Lucent) sino también por la multiplicación de los productos de los dos grupos', argumentó.
Russo respondió a las acusaciones de los sindicatos de que el ajuste en realidad es una deslocalización de actividad a países de bajo costo de la mano de obra.
'No es verdad -dijo-. Los mercados emergentes requieren desarrollos específicos. Por eso tenemos que tener allí competencias. En la investigación y desarrollo hay que tener a la vez una masa crítica y centros próximos de los mercados. En Europa occidental y en Estados Unidos tenemos centros de competencias que mantenemos con este plan'.
Los sindicatos volvieron a denunciar en el comité de empresa europeo del viernes que la dirección no les ha dado todavía informaciones precisas sobre los recortes de plantilla, y todavía menos argumentos que justifiquen esas supresiones de empleo.
De los 4.500 puestos de trabajo que deben desaparecer en Europa, 310 corresponden a España, lo que significaría una cuarta parte de la plantilla.
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