La industria automovilística eliminará en torno a 100.000 empleos en Europa occidental entre los años 2006 y 2009.
Esta medida sucederá como consecuencia de los procesos de reestructuración y de deslocalización, según un estudio elaborado por la agencia de calificación de créditos Euler Hermes -filial del grupo asegurador galo Allianz-.
El pronóstico contrasta con la situación en el este de Europa. Entre 2000 y 2006 se han creado cerca de 90.000 puestos de trabajo en los nuevos Estados miembros de la Unión Europea. Concretamente, ha habido un crecimientos del 62,4% en las contrataciones en Eslovaquia, donde las plantillas han aumentado de 36.000 a 58.400 efectivos, y del 41,% en la República Checa, al pasar de 78.700 a 111.000 trabajadores.
El estudio indica que, hasta ahora, Dinamarca, Reino Unido y Portugal han llevado la peor parte de este proceso pero no concreta qué zonas cargarán con la nueva oleada de despidos, aunque sí subraya el caso francés.
La difícil situación que atraviesan los fabricantes de automóviles galos, que desde 2005 han reducido su producción más de un 20%, podría conducir a una severa reestructuración de empleo en los próximos tres años con la eliminación de entre 20.000 y 30.000 empleos.
Los últimos dos años han sido complicados para los fabricantes Renault y PSA, que además de asistir a una caída de las ventas de coches en su mercado doméstico, han sido incapaces de detener el descenso de la cifra de beneficios.
El grupo presidido por Carlos Ghosn redujo en un 14% sus beneficios el año pasado, hasta 2.943 millones de euros, mientras que en el caso de PSA -fabricante de Citröen y Peugeot y con un plan de reajuste en proyecto que podría suponer drásticas reducciones de empleo- la caída fue del 86%.
La crisis de ambos fabricantes ya ha tenido repercusiones en España, su principal centro industrial fuera de Francia.
PSA anunció el pasado mes de septiembre la eliminación de 2.000 empleos en sus plantas de Vigo y Villaverde (Madrid).
Renault, por su parte, está a punto de concluir un plan de bajas incentivadas de cerca de 1.000 trabajadores y un expediente de regulación de empleo sobre otras 300.
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