La compañía norteamericana reducirá un millar de empleos en su planta de México, argumentando que trabajan en una tecnología obsoleta.
Las regulaciones de empleo o los despidos en las empresas de tecnologías de la información han sido relativamente habituales en los últimos tiempos, y fue especialmente aguda después de la explosión de la primera burbuja de Internet, a pesar de que la situación es mucho mejor ahora que hace unos años.
Este mes, Intel ha anunciado el despido de unos mil trabajadores de su fábrica de Río Rancho, en México, conocida como Fab 11X. Dicha planta tiene una capacidad para 5.000 empleados, de los que se va despedir al 20%. Fuentes de la compañía mantienen que en esta fábrica se producen discos de silicona de 200 mm, una tecnología considerada obsoleta. Esta razón, y por sus recientes inversiones en China, donde se va a focalizar la fabricación de discos de 300 mm y 45 nanómetros, son los argumentos de la compañía para justificar los despidos.
Los recortes de empleo se producen a pesar de que en el pasado Intel Developer Forum celebrado en Pekín, responsables del grupo comentaron que sus inversiones en el país oriental no influirían en otras fábricas, incluida la de México, y que no se llevarían a cabo desinversiones en la mencionada planta de Río Rancho.
Otras fuentes de la empresa han afirmado que se ofrecerá a los trabajadores despedidos indemnizaciones o la opción de presentar una nueva solicitud para un trabajo en la compañía. “Ambas opciones les proporcionan una buena oferta, una oferta competitiva”, comentó el portavoz de Intel, Jami Grindatto. La indemnización está basada en los años de servicio”, añadió el directivo en declaraciones a Daily Tech. Algunos empleados incluidos en esta regulación llevaban trabajando en la empresa más de 25 años.
El último año, Intel anunció el mayor plan de reestructuración de la compañía hasta la fecha. Como resultado, en torno a 10.000 empleados finalizaron su labor en la compañía. Días después del anuncio, la firma incrementó el número de personas a despedir hasta las 10.500, lo que supone un un 10% de la masa laboral de la empresa.
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