Representantes de UGT denunciaron ayer que el cierre de la factoría de Repsol Butano en Mérida, propuesto por la empresa, supondrá que Extremadura se convierta en la única comunidad española que se quede sin reservas estratégicas de gas, lo que puede conllevar graves problemas en el abastecimiento.
En rueda de prensa, el responsable de la Federación de Industrias Afines (FIA) de UGT-Extremadura, Enrique Fernández, recordó que la pretensión inicial de Repsol era cerrar siete factorías en España, aunque finalmente esta propuesta de cierre sólo se mantiene para las factorías de Mérida (Badajoz), Alicante y Dos Hermanas (Sevilla).
Fernández explicó que la multinacional negocia en la actualidad un Plan de Regulación de Empleo con el que pretende dar una salida laboral, mediante traslados, bajas incentivadas o prejubilaciones, a los trabajadores de la factorías que se cierren.
En el caso de la planta de Mérida, los puestos fijos y eventuales oscilan a lo largo del año entre los 30 y 36, aunque quienes más afectados se verían por su cierre serían los alrededor de 70 trabajadores de empresas subcontratadas de limpieza o seguridad que perderían directamente sus empleos sin ningún tipo de salida laboral, según Enrique Fernández.
El dirigente sindical insistió, no obstante, en que lo más grave de esta decisión empresarial es que dejará a Extremadura como la única comunidad autónoma del Estado español sin reservas de gas, por lo que dependerá para su abastecimiento de las plantas de Huelva, Puertollano, Madrid o Algeciras.
Esto puedo ocasionar, según dijo, importantes problemas de abastecimiento en el caso de duros inviernos, ya que 'no se puede mantener una región como Extremadura -agregó- sin una reserva mínima de producto'.
En ese sentido, precisó que los depósitos de propano y butano a factoría emeritense tienen una capacidad aproximada de 14 millones de metros cúbicos de gas que permiten abastecer al territorio extremeño perfectamente al menos durante una semana, por lo que se preguntó 'qué puede pasar si esta capacidad se pierde'.
Consideró que Repsol 'no ha pensado bien' su decisión de cerrar la planta extremeña y señaló que precisamente la justificación que da la empresa de que las ventas de butano y propano están bajando con respecto al gas natural no se cumple en Extremadura, donde la mayoría de las poblaciones son pequeñas y no cuentan con gas canalizado.
El dirigente de FIA-UGT destacó que la factoría emeritense es, por tanto, de las más rentables y de las que mejor funcionan en el país, además de que exporta gas butano a Portugal, por lo que insistió en que la multinacional debe reconsiderar su postura y las autoridades políticas implicarse en el conflicto para que no se cierre la planta extremeña.
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