El gigante de la alimentación asegura que con este recorte de puestos de trabajo pretende poner en marcha una nueva estrategia para acelerar su crecimiento. Sin embargo, pese a que ayer adelantó la cifra de 20.000 despidos, Unilever no ha concretado aún cuáles serán los países y las plantas afectadas por el recorte de empleo. Actualmente 'está en fase de proceso de definir el plan', según señalaba ayer la filial española del grupo. La plantilla de Unilever en España alcanza los 1.667 trabajadores y cuenta con tres fábricas: Lejona (Bilbao), Aranjuez (Madrid) y Barcelona.
Por el momento, los únicos detalles que confirma la multinacional pasan por el cierre de entre 50 y 60 fábricas de las 300 que componen el grupo, la venta de marcas y la reorganización de su modelo de negocio (donde incluye la reciente unión de los negocios de Bélgica y Holanda). Una de las divisiones de las que se desprenderá Unilever es la de detergentes en América del Norte.
La multinacional anunció su reestructuración aprovechando la presentación de sus resultados del primer semestre del año, que se ha cerrado con un aumento de su cifra de negocio del 1% hasta 20.054 millones de euros y un avance de su resultado del 8% hasta 2.281 millones de euros.
El consejero delegado de Unilever, Patrick Cescau, aseguró que el grupo pretende racionalizar sus redes de distribución, con el objetivo de reducir costes y de acelerar su capacidad de innovación. De esta forma, la multinacional aspira a eliminar costes por importe de 1.500 millones de euros, un ahorro que destinará a la innovación de productos y al impulso de algunas marcas.
La compañía asegura que los resultados del ejercicio actual muestran que la compañía 'ha recuperado su rentabilidad creciendo de manera coherente y rentable'. Patrick Cescau anunció que las previsiones del grupo pasan por cerrar 2007 con un incremento de sus ventas del 5%. Tras anunciar esta nueva reestructuración, las acciones de Unilever se apuntaron ayer un alza del 4% hasta 22,50 euros. El mayor avance desde marzo.
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