Los planes de regulación temporal de empleo en las plantillas de las fábricas del grupo Proinserga no convencen a los empleados y han expresado su malestar y dudas respecto la forma en que se lleven a cabo..
Los primeros en expresar su disconformidad fueron los trabajadores de Proinserga S.A, pertenecientes a las fábricas de pienso de Fuentepelayo, granjas, centro de inseminación y oficinas situadas en la calle Almira, quienes rechazaron en asamblea celebrada el miércoles por la noche la propuesta de regulación de empleo. De los casi 90 trabajadores reunidos, 46 votaron en contra y 38 a favor del ERE (expediente de regulación de empleo) propuesto por los directivos de la empresa, que preveían 48 despidos definitivos y 28 suspensiones temporales.
Tampoco resultaron satisfactorias para la plantilla de Primayor Elaborados (conocida como La Choricera) las propuestas de aplicar regulaciones temporales, aunque sean rotatorias, ya que consideran que la actividad en la fábrica precisa de más mano de obra. Sin embargo, se pretende aplicar una reducción de 129 puestos de trabajo, lo que supone la mitad de la plantilla.
Los empleados expresaron su malestar con una sentada a las puertas de la factoría, momento en el que los administradores concursales se reunían con los miembros del comité de empresa.
La plantilla de Primayor Elaborados está compuesta por unos 250 empleados, de los que más de la mitad superan los 50 años de edad. Del sector de producción 150 representan mano de obra directa y otros 50 son puestos indirectos. En Administración trabaja otro medio centenar de personas. Parte de la plantilla duda de que la suspensión laboral sea realmente temporal, como se propone y teme que se torne en definitiva. Además consideran insuficientes las liquidaciones previstas.
En cuanto a las otras plantas del grupo y tal como se puso de manifiesto en la reunión asamblearia celebrada en los locales de UGT, los trabajadores no han llegado a un acuerdo para aplicar el ERE, lo que deja en manos de los administradores judiciales la forma en que se dilucidará el futuro de la empresa, y que éstos trasladarán al juez de lo Mercantil.
Algunos de los trabajadores afectados se quejan de la "falta de criterio" empresarial seguido para elaborar la regulación laboral, ya que se ha puesto nombres y apellidos y para quienes las indemnizaciones propuestas contemplan el mínimo que marca la legislación: 20 días por año trabajado. "Quiere decir que empleados con 30 años de trabajo dedicado a la empresa y que ha salido adelante se quede en la calle con una indemnización de apenas 18.000 euros", explica.
Sólo en Segovia
También ha generado malestar entre los trabajadores segovianos del grupo Proinserga el hecho de que las regulaciones de empleo se están tratando de aplicar en dos de las tres empresas operativas del grupo, de modo que en las granjas porcinas de Castileón, situadas en Guardo (Palencia) no se prevé ningún despido de los más de 80 trabajadores con que cuenta. Sin embargo, se ha anunciado el cierre y despidos de empleados de otras granjas situadas en la provincia de Segovia.
Los empleados aseguran que parte del déficit que arrastra Proinserga se generó por las granjas palentinas, que mantiene una deuda con la matriz de unos 18 millones de euros.
Precisamente, parte de la producción de la fábrica pienso de Fuentepelayo (Segovia) se destina a las explotaciones porcinas de Castileón. A la vez, los socios ganaderos están recibiendo estos días cartas invitándoles a que consuman pienso de las fábricas del grupo. Estos mismos empleados expresaron su indignación porque en algunas de las fábricas no se han convocado elecciones sindicales, cuando debieron celebrarse el pasado mes de junio, antes de que se iniciara el proceso concursal.
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