En un comunicado difundido por los propios empleados de Primayor Elaborados, la fábrica que más se ha visto afectada por el ERE, y donde se suspenderá de empleo a 127 trabajadores, se denunció que las suspensiones se convertirán en extinciones definitivas de empleo tras tres meses.
Además aseguran que para elegir a las personas que han de abandonar la empresa se ha optado por todas las mayores de 50 años y algunas más jóvenes. «Deben abandonar la empresa las personas de más antigüedad y experiencia, y cuyo único delito es haber trabajado toda su vida en la fábrica de La Choricera y haber cumplido 50 años», señalan. Igualmente se quejan de que las 127 que se van tienen menos posibilidades de lograr otro trabajo además de perder sus derechos como trabajadores.
A juicio de los empleados afectados, no ha habido «buena fe, ni por parte de la empresa ni del comité de empresa cuando éstos han firmado su visto bueno para que se despida a 127 personas el 13 de agosto y la sociedad ha publicado el día 14 la lista de los que irán a la calle. Se ha hecho en un mes de vacaciones para la mayoría», añaden.
Consideran los trabajadores que se trata del primer ERE «apoyado por la Junta y con el que se procede a despedir a 127 trabajadores. Es una clara discriminación además de anticonstitucional», aseguran.
Por ello han pedido a la Junta de Castilla y León, y en concreto a la consejera de Agricultura, la segoviana Silvia Clemente, que haga cumplir «sus condiciones para entregar un aval de diez millones de empleos bajo la condición de que se mantengan los puestos de trabajo. Sin embargo, alegan que la empresa ha negociado los avales «y su primera medida ha sido el despido de los trabajadores más antiguos». Los trabajadores de Proinserga ya protestaron el pasado 10 de agosto por el Expediente de Regulación de Empleo que afecta a una parte de la plantilla. Las calles de Segovia vieron como los empleados manifestaban su rechazo ante la situación laboral a la que se ven abocados como consecuencia de la puesta en marcha de esta medida. Una gran pancarta con el lema «Por la defensa del empleo en Proinserga» presidió una marcha con la que se pretendía denunciar la falta de tacto de la empresa y de su comité para tratar esta suspensión de empleo de parte de los trabajadores.
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