Los mineros que trabajaban en la explotación que Boliden Apirsa tenía en Aznalcóllar (Sevilla) y que se encuentran bajo el control y la gestión de la Empresa Pública de Gestión Medioambiental (Egmasa) se reunirán hoy con el delegado provincial de Innovación, Ciencia y Empresa de Sevilla, Francisco Álvaro, para exigirle que los despidos se depongan.
La reunión tendrá lugar después de los actos de protesta del pasado 17 de agosto cuando el grupo de mineros trasladó sus quejas al subdelegado de Gobierno, Faustino Valdés, después de que la policía les impidiera entrar con pancartas en la estación de tren de Santa Justa.
El portavoz de los ex mineros, Juan José Fernández, en declaraciones a Europa Press resaltó que quieren demostrar que "hay cabida para los 75 trabajadores que quedan de Boliden", ya que, a su juicio, "hay más de diez años de trabajo en el plan de restauración".
Los ex mineros comenzaron a reunirse en asambleas partir de la carta de preaviso de despido de Egmasa, dependiente de la Consejería de Medio Ambiente, para 22 compañeros de los 75 que están trabajando en los planes de restauración y de abandono en la antigua mina de Boliden, así como en las depuraciones de las aguas contaminadas, en el control de los más de casi cien pozos y filtraciones y en la restauración medioambiental del recinto minero y de las escombreras.
En los últimos seis años, el portavoz destacó que la Junta "ha estado buscando soluciones" para los trabajadores, pero el ex minero reclamó empresas solventes porque, según Fernández, "la Junta sólo ha conseguido recolocarlos en algunas empresas, con contratos precarios y con poca fuerza", lo que se suma, según el portavoz, a la pérdida de poder adquisitivo que sufrieron con la marcha de Boliden.
La rotura de la balsa de la mina de Boliden Apirsa el 25 de abril de 1998 provocó el vertido de seis millones de metros cúbicos de aguas ácidas y lodos contaminados en las cuencas de los ríos Agrio y Guadiamar.
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