Un total de 75 ex mineros de Boliden y ahora empleados por la empresa pública Egmasa para labores de limpieza del río Guadiamar, acamparon ayer por tiempo indefinido en la antigua Corta de Aznalcóllar, a 180 metros de profundidad, como medida de protesta por el anunciado despido de 22 de sus compañeros.
Los trabajadores anunciaron que el campamento no se levantará hasta que el consejero de Empleo, Antonio Fernández, no acuerde una reunión en la que se decida su futuro laboral.
Según declaró el delegado sindical de CCOO en la antigua mina de Aznalcóllar (Sevilla), Juan José Fernández, los trabajadores corren 'grave peligro' en la corta, ya que se pueden producir desprendimientos de piedras que podrían ocasionar daños a los encerrados.
Fernández reiteró que los trabajadores despedidos 'no aceptan' ser contratados por 'empresas subcontratadas' por el yacimiento minero de Las Cruces, tal y como ha anunciado la Junta de Andalucía, al considerar que no queda garantizado su futuro laboral, por lo que pidieron reunirse con responsables de Cobre las Cruces 'para ser contratados directamente' por esta empresa.
De este modo, las promesas realizadas por la administración para la recolocación de los trabajadores despedidos en distintos trabajos del yacimiento de cobre Las Cruces, situada a unos kilómetros de la mina de Aznalcóllar que explotó la compañía sueca Boliden Apirsa, no convencen a los afectados, que tildaron la propuesta de 'solución temporal y apresurada'.
Los trabajadores permanecerán, 'aunque les cueste la vida', acampados en la antigua Corta de Aznalcóllar 'indefinidamente' hasta que 'se dé solución', anunció el delegado sindical, quien señaló, en cualquier caso, que el encierro se extenderá 'en principio' por un periodo de 'dos a tres meses'.
Además, Fernández anunció otras movilizaciones que no quiso concretar.
Los trabajadores, que se consideran 'condenados por la administración', arguyen que en los trabajos de desescombro y de depuración del río Guadiamar, 'hay trabajo para unos quince años como mínimo', según afirmó el portavoz de los empleados de Egmasa, la empresa pública de la Consejería de Medio Ambiente que se encarga de la restauración del entorno del Guadiamar, que quedó gravemente afectado por la rotura de la balsa de Boliden Apirsa en 1998.
Fernández instó a la Junta a buscar 'una pronta solución' a las reivindicaciones de unos empleados que demandan su permanencia en distintas tareas de limpieza y mantenimiento de la antigua mina de Aznalcóllar o la subrogación de sus contratos por la multinacional Cobre las Cruces, porque, según subrayó 'somos un referente feo' para una administración 'que se dice ser de izquierdas'.
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