La City de Londres, templo de las finanzas europeas, podría sufrir daños colaterales del terremoto que ha sacudido los mercados financieros al amenazar los ingresos de los empleados del sector e incluso el empleo y el entorno inmobiliario.
Mientras se multiplicaban esta semana los anuncios de quiebras y despidos en el sector crediticio en Estados Unidos, los bancos británicos daban malas noticias, aunque de menor envergadura.
El primer banco británico y europeo, HSBC, anunció a comienzos de la semana la supresión de 600 puestos de trabajo en una filial que opera en Estados Unidos.
Su rival HBOS tuvo que garantizar la solvencia de una de sus filiales para tranquilizar a sus acreedores, descartando, eso sí, el peligro de quiebra. Su cotización bursátil se repuso en los últimos días, siguiendo una tendencia generalizada en los demás valores.
Esto no significa, sin embargo, que la City salga completamente indemne de la tormenta.
El Financial Times se hizo eco el viernes de la dimisión de un banquero de Barclays, Edward Cahill, especialista en operaciones financieras complejas que se han visto afectadas por la crisis de liquidez. Según el diario, se trata de la primera personalidad de la City que experimenta en sus propias carnes las recientes turbulencias.
Las tradicionales bonificaciones con las que se gratifica anualmente a los empleados del sector también podrían verse reducidas este año, con descensos que pueden llegar hasta el 25% o el 50% en algunas profesiones, estiman algunos especialistas citados por la prensa británica.
'Está por ver la verdadera amplitud de la exposición (de los bancos británicos) en el mercado de los préstamos de riesgo', pero 'pensamos que aún habrá volatilidad en los mercados', resume Jonathan Said, economista del Centro de Estudios Económicos y de Negocios (CEBR).
Igualmente, se teme que en adelante 'esto tenga un gran impacto sobre los empleos y las bonificaciones de la City', agrega Said.
Se estima que el valor total de estas bonificaciones alcance los 10.000 millones de libras (casi 15.000 millones de euros), según el gabinete Capital Economics.
Pero algunos expertos opinan que el descenso de este maná, del que buena parte se invierte cada año en el sector inmobiliario, afectará de rebote al mercado de la venta de viviendas, en particular en Londres.
Algunas ramas muy especializadas, como la consultoría de fusiones y adquisiciones, cuya actividad se ha frenado brutalmente en las últimas semanas, podrían verse obligadas a reducir sus efectivos si esta situación se prolongase.
El caso es que 'si los empleados de la City pierden sus empleos, no serán solo los restaurantes y los bares de alta categoría los que sufrirán por ello, sino también aquéllos que trabajan en estos establecimientos', advierte Fionnuala Earley, economista jefe de Nationwide, una de las principales compañías de crédito inmobiliario del país.
Otros expertos, en cambio, consideran que la economía británica está en condiciones de resistir el golpe.
'Las bonificaciones elevadas de la City no son el único factor de firmeza del mercado inmobiliario londinense, que se beneficia asimismo de una inmigración elevada y de un aumento de compradores extranjeros', recalca Vicky Redwood, de Capital Economics.
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