Britney Spears está dispuesta a hacer lo que sea por recuperar a sus dos hijos y así quiere demostrárselo a la Justicia estadounidense, que el pasado 5 de octubre le dio a su ex marido Kevin Federline la custodia legal de Sean Preston, de dos años, y Jayden James, de un año de edad. Y para ello, a la otrora Princesa del Pop no se le ha ocurrido otra cosa que mostrarle al mundo que puede tener un empleo decente y alejado del mundo de la farándula y que no se le van a caer los anillos por ello: camarera de un hotel de cinco estrellas.
Buscando un trabajo alejado del ojo del huracán mediático, Britney quiere demostrar al juez que la semana pasada le quitó la custodia de sus dos retoños que puede ser una madre responsable y que nada tiene que ver con esa joven adicta y problemática que ha acaparado las portadas de todos los medios sensacionalistas en los últimos tiempos.
Y el lugar de trabajo elegido para esta hazaña prosaica es nada menos que el lujoso Hotel Viceroy de California, de cinco estrellas de categoría y en cuyo bar quiere trabajar la cantante.
Sin embargo, que nadie se haga ilusiones con viajar a California, entrar en el Hotel Viceroy y, a costa de pagar el alto precio de una de sus bebidas, ser servido por la voluptuosa Britney. Al parecer, según las informaciones de 'Contact Music' recogidas por OTR/Press, la Dirección ha decidido rechazar su curriculum, donde, que se conozca, no figura experiencia alguna en este sector laboral. "La idea de trabajar en un bar es de locos", señaló una fuente cercana a la cantante, que consideró que, en lugar de convencer de sus aptitudes como madre, el juez pensaría "que se le ha ido la olla".
En todo caso, parece que, ideas disparatadas al margen, Britney ha enfilado el camino correcto de cara a recuperar la custodia de Sean y Jayden. Según su abogada, Sorrell Trope, la cantante ha pasado satisfactoriamente los test de droga aleatorios a los que debía someterse por orden de la Justicia, lo cual es un paso más en su batalla legal. Además, la Princesa del Pop progresa en sus sesiones con el 'parenting coach' (algo así como entrenador de paternidad) que tiene asignado, por lo que cuando el juez revise su decisión el próximo 26 de octubre, Britney podría llevarse buenas noticias.
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