El presidente de Ebro Puleva, Antonio Hernández Callejas, advirtió ayer que la reforma de la Organización Común de Mercado (OCM) del azúcar podría obligar a la compañía a cerrar tres fábricas, dos en Andalucía y una en Castilla y León, si bien precisó que éste sería "el peor escenario" y que la empresa cuenta con capacidad para garantizar que la medida no tenga impacto sobre el empleo.
Hernández Callejas, que participa en el Congreso que la Asociación de empresas de fabricación y distribución (Aecoc) celebra desde ayer en Valladolid -y que hoy se cierra-, explicó que la reforma de Bruselas, que aspira a reducir a la mitad la producción azucarera de España, cuenta con importantes incentivos para que los agricultores abandonen la producción, por lo que no llevarán a procesar sus cultivos a las fábricas.
El presidente explicó que la reestructuración europea del azúcar aún no ha concluido y que sus efectos en España no dependen exclusivamente de la voluntad de la compañía, sino que los agricultores "tienen la última palabra". A este respecto, recordó que la UE incentiva el abandono del cultivo, ya que ha condicionado el máximo nivel de ayudas a lograr una reducción de la producción del 50%.
Según sus cálculos, la reforma azucarera tendrá menos incidencia en la zona Norte y más en el Sur de España, donde los agricultores podrán optar por abandonar la remolacha y dedicarse a otras producciones alternativas, como los cereales, que podrían resultar más atractivos que antes por el desarrollo de la industria de los biocombustibles y el actual nivel de precios de la materia prima.
La estrategia de la primera alimentaria española es adaptarse al deseo de la UE, de las comunidades autónomas y de los agricultores para afrontar la reducción de la producción de azúcar, al tiempo que avanza en la diversificación de negocios, como el de los biocombustibles, explicó.
PLANTA DE COGENERACIÓN EN JEREZ
En este sentido, recordó que Ebro Puleva construirá en Jerez (Cádiz) su décima planta de cogeneración, que entrará en funcionamiento desde el segundo semestre de 2009 y recibirá una inversión de 13 millones de euros.
Esta planta se situará junto a la refinería, para la que se prevé una inversión de 30 millones de euros. Por otro lado, la empresa mantiene paralizada la producción en la fábrica de Babilafuente (Salamanca) por el alza de los cereales.
Hernández Callejas precisó que, aunque esta actividad "tendrá un desarrollo importante, está en proceso de reflexión", ya que ahora se enfrenta al encarecimiento de las materias primas en todo el mundo y a la necesidad de exportar, a falta de que en España se desarrolle la legislación sobre la obligatoriedad de las mezclas de biocarburantes.
"Las materias primas y exportar hacen difícil la ecuación", ilustró el presidente de Ebro, si bien insistió en que la compañía tiene "una reconocida trayectoria" para afrontar procesos industriales complejos. "Tendremos permanencia en el sector (de los biocombustibles) aunque no vayamos a jugar a ser el rey", aventuró.
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