Los laboratorios suizos han comunicado que eliminarán 2.500 puestos de trabajo, o sea el 2,5% de sus efectivos mundiales, mediante prejubilaciones y bajas anticipadas.
La reestructuración le costará a Novartis 350 millones de euros, pero es el precio de eliminar, según la firma helvética toda una serie de costes inútiles que pesan sobre sus resultados.
Los beneficios en el tercer trimestre sumaron 1.100 millones de euros, en clara caída respecto a las ganancias de trimestres precedentes.
La empresa de Basilea ya había recurrido a otra reducción de plantilla en octubre, igualmente coincidiendo con resultados a la baja.
El objetivo sigue siendo maximizar la rentabilidad en un difícil contexto para la industria farmaceutica, ya que no sólo es más costoso desarrollar un medicamento, sino que además deben hacer frente a pruebas de seguridad más exigentes. Por otro lado los genéricos continúan erosionando cuota de mercado a las grandes multinacionales de la farmacia.
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