Charbonnages de France (CDF), la entidad pública que durante seis décadas se encargó de administrar y explotar las minas francesas de carbón, ha quedado oficialmente disuelta la pasada medianoche. Esta empresa, creada en 1946, agrupaba inicialmente nueve cuencas mineras de carbón en diversas regiones del país.
El decreto sobre la desaparición de la empresa se publicó el pasado día 23, pero ya estaba prevista por el pacto de 1994 entre la empresa y los sindicatos, que avaló el fin de la extracción de carbón en Francia.
En 2004 cerró la última mina, en Creutzwald (este), lo que simbolizó el fin de la extracción de carbón del paisaje energético galo.
CDF, que en su apogeo contó con 360.000 trabajadores y en 1958 llegó a extraer 58,9 millones de toneladas de carbón, tiene ahora una plantilla de unas 400 personas, que quedarán reducidas a unas veinte; en los tres próximos años, una 'célula de liquidación' deberá apurar las cuentas, resolver los litigios y efectuar las últimas cesiones de activos.
Entre éstos, la participación del 16,25 por ciento de CDF en la SNET, tercer productor francés de electricidad.
La participación del 65% en la SNET que está hoy en manos del grupo español Endesa pasará previsiblemente a las del alemán E.ON.
El tercer accionista de la SNET es la eléctrica pública EDF, con un 18,75%.
Se prevé que EDF y CDF se desprendan de sus respectivas participaciones en la SNET la próxima primavera, según 'Les Echos'.
El Estado francés va a hacerse cargo de los 2.400 millones de euros de deuda que deja Charbonnages de France, una vez disuelta la empresa, así como de la financiación, hasta el año 2050, de las prestaciones sociales ligadas al estatuto de los mineros.
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